¿Alguna vez soñaste con despertarte a metros del Mediterráneo, desayunar sin mirar el reloj y tener todo resuelto para dedicarte simplemente a disfrutar? Eso es exactamente lo que ofrecen los hoteles all inclusive en Ibiza, una opción que está revolucionando la forma en que los argentinos vivimos esta isla legendaria. Porque Ibiza es mucho más que fiestas hasta el amanecer: es playas de ensueño, calas escondidas, deportes acuáticos, cultura mediterránea, y una energía única que no encontrás en ningún otro lugar del mundo.
Durante décadas, Ibiza estuvo asociada exclusivamente con el turismo de lujo individualizado o con el mochilero fiestero que dormía donde podía. Pero en los últimos años, la isla ha desarrollado una oferta de hoteles all inclusive que combina lo mejor de ambos mundos: la comodidad y previsibilidad del todo incluido, con el glamour y la diversidad que caracterizan a esta joya balear. Hoy podés llegar a Ibiza sabiendo exactamente cuánto vas a gastar, con comidas y bebidas resueltas, actividades incluidas, y la libertad de explorar una isla que tiene desde playas tranquilas ideales para familias hasta la movida nocturna más electrizante de Europa.
En este artículo te vamos a contar todo lo que necesitás saber para planificar tus vacaciones en Ibiza con sistema all inclusive: los mejores hoteles según tu perfil de viajero, las playas imperdibles que tenés que visitar, cómo funciona la legendaria vida nocturna ibicenca, qué hacer durante el día más allá de la playa, y cómo aprovechar los deportes náuticos que hacen del Mediterráneo el destino ideal. Prepárate para descubrir una Ibiza completa, accesible y perfectamente adaptada a tus necesidades viajeras.
Elegir el hotel all inclusive correcto en Ibiza puede marcar la diferencia entre unas vacaciones buenas y una experiencia inolvidable. La isla ofrece opciones para todos los perfiles: desde resorts familiares con miniclub y toboganes acuáticos, hasta propiedades adults-only donde el concepto all inclusive alcanza niveles de sofisticación gastronómica impensados hace una década.
Iberostar Selection Santa Eulalia es probablemente el referente del all inclusive premium en la isla. Ubicado en Santa Eulalia del Río, la zona más tranquila y familiar de Ibiza, este resort de 4 estrellas superior combina ubicación privilegiada (a 200 metros de la playa) con instalaciones de primer nivel. Lo que hace especial a este Iberostar es su concepto gastronómico: cinco restaurantes temáticos incluidos (mediterráneo, asiático, italiano, buffet internacional y grill) donde podés cenar cada noche en un ambiente diferente sin pagar un euro extra. Las bebidas incluyen marcas premium, no esos alcoholes genéricos que arruinan la experiencia en muchos all inclusive. El hotel tiene tres piscinas, una de ellas infinity con vistas al mar que se convierte en el spot perfecto para el atardecer. Para familias, el miniclub con actividades supervisadas y la piscina infantil con toboganes son increíbles. Este hermoso hotel incluye absolutamente todo: desayuno, almuerzo, cena, snacks, bebidas premium 24 horas, actividades deportivas y entretenimiento nocturno.
Invisa Hotel Club Cala Verde ofrece una propuesta diferente: all inclusive más económico sin sacrificar calidad. Ubicado en Es Figueral, en la costa noreste de Ibiza, este hotel de 3 estrellas es ideal para quienes priorizan la relación precio-valor. Está literalmente pegado a una playa preciosa de arena gruesa y aguas cristalinas, con acceso directo sin cruzar calles ni caminar distancias. El sistema all inclusive acá es más tradicional: buffet para las tres comidas principales, barra libre con bebidas nacionales, y snacks en horarios establecidos. No esperés cinco restaurantes temáticos ni champagne en la piscina, pero sí comida correcta, abundante y variada. Lo mejor de Cala Verde es su público: mayormente europeos (alemanes, ingleses, escandinavos) que crean un ambiente relajado y respetuoso. Las animaciones son discretas, nada de megáfonos a todo volumen ni concursos humillantes junto a la piscina.
Para quienes buscan exclusividad adulta, Occidental Ibiza (adults only) representa lo mejor del all inclusive sofisticado. Este hotel boutique en Santa Eulalia se enfoca exclusivamente en parejas y adultos mayores de 16 años, creando un ambiente tranquilo y romántico. La propuesta gastronómica está varios escalones por encima del all inclusive promedio: restaurante buffet con estaciones de cocina en vivo, restaurante japonés fusión con reserva (incluido), y un beach club asociado donde tu pulsera all inclusive funciona perfectamente. Las habitaciones tienen diseño minimalista-mediterráneo, muchas con vistas directas al mar desde terrazas privadas con hamacas balinesas. La piscina infinity con zona de camas balinesas se transforma al atardecer en un lounge con música chill y servicio de cócteles premium. Los DJs residentes los fines de semana crean esa vibra ibicenca sin necesidad de salir del hotel.
Palladium Hotel Palmyra es la opción para quienes no quieren elegir entre all inclusive y estar en el corazón de la acción. Ubicado en Playa d’en Bossa, a pasos de los beach clubs más famosos (Ushuaïa, Hï Ibiza), este hotel combina la comodidad del todo incluido con acceso inmediato a la movida más intensa de la isla. El sistema all inclusive acá es flexible: además del buffet tradicional, tenés créditos diarios para usar en los restaurantes a la carta del hotel y en establecimientos asociados cercanos. Las habitaciones son modernas y funcionales, muchas con vistas a Formentera. La piscina en la azotea con bar integrado es el lugar donde se juntan viajeros de todo el mundo para el pre-party antes de salir a los clubs. El público es joven (20-35 años mayormente), internacional, y definitivamente vienen por la fiesta. Si buscás descanso y tranquilidad, este no es tu hotel. Si querés vivir Ibiza intensamente sin preocuparte por los costos de comida y bebida, Palladium Palmyra es perfecto.
Sirenis Hotel Club Tres Carabelas & SPA cierra esta selección con una propuesta integral para familias. Ubicado en Playa d’en Bossa pero en la zona más tranquila, alejado de los megaclubes, este resort tiene todo lo que una familia necesita: habitaciones espaciosas conectadas, múltiples piscinas (incluida una exclusiva para adultos), miniclub con actividades variadas, shows nocturnos familiares, y acceso directo a una playa con aguas calmas. El all inclusive incluye también el spa con circuito de aguas, gimnasio, y clases grupales como yoga o aquagym. La gastronomía es del estilo buffet internacional con corner infantil y opciones saludables. No es el all inclusive más sofisticado de la lista, pero cumple perfectamente su objetivo: que los padres puedan relajarse sabiendo que los chicos están entretenidos y bien atendidos.
Ibiza tiene más de 80 playas y calas, cada una con su personalidad única. Desde extensas playas de arena con todos los servicios hasta pequeñas calas vírgenes accesibles solo por senderos o barco, la isla ofrece opciones para todos los gustos y estados de ánimo.
Cala Comte (o Cala Conta, según quién te lo diga) compite por el título de playa más fotogénica de Ibiza. Ubicada en la costa oeste, esta cala ofrece el combo perfecto: arena blanca finísima, agua en degradé desde turquesa transparente hasta azul profundo, y vistas a los islotes de S’Espartar que parecen flotar en el horizonte. Lo que hace especial a Cala Comte es su orientación: mirando al oeste, los atardeceres acá son legendarios. Llegá un par de horas antes del sunset, asegurá tu lugar en alguno de los chiringuitos (Sunset Ashram es el más famoso), y prepárate para uno de los espectáculos naturales más hermosos que vas a presenciar. El agua es increíblemente clara, ideal para snorkel entre las rocas donde abundan peces de colores. Tiene parking (15 euros en temporada alta), duchas, alquiler de hamacas y sombrillas. Los fines de semana de verano se llena muchísimo; si podés, visitala entre semana o llegá antes de las 10 am.
Playa d’en Bossa es la playa más larga de Ibiza (casi tres kilómetros) y el epicentro del turismo young & party. Acá están los beach clubs más famosos del mundo: Ushuaïa (que técnicamente es un hotel pero funciona como club diurno), Hï Ibiza Beach, Bora Bora, y varios más donde la música empieza al mediodía y no para hasta el atardecer. Pero Playa d’en Bossa no es solo fiesta: la playa en sí es excelente, con arena dorada, aguas tranquilas y poco profundas ideales para familias, y una infraestructura de servicios completa. Podés perfectamente plantar tu sombrilla en la zona familiar a la mañana, disfrutar del mar con los chicos, y después caminar hacia el extremo norte donde está la acción más intensa. La playa tiene chiringuitos de todo tipo y precio: desde lugares sencillos con bocadillos hasta restaurantes de nivel con paellas y pescado fresco. Es muy accesible en transporte público desde cualquier punto de la isla, con buses cada 15-20 minutos en temporada alta.
Cala Salada y su hermana pequeña Cala Saladeta representan la Ibiza más natural y virgen. Ubicadas en la costa oeste cerca de San Antonio, estas calas están rodeadas de pinos que llegan casi hasta la arena, creando una postal mediterránea perfecta. Cala Salada es la más grande y tiene un par de chiringuitos sencillos; Cala Saladeta es minúscula, generalmente nudista, y se accede por un sendero rocoso desde Salada. El agua acá es espectacular: cristalina, con tonos verdes esmeralda, perfecta para nadar y hacer snorkel. Las rocas que flanquean ambas calas son ideales para saltar al agua (desde alturas razonables, siempre con precaución). No hay parking oficial; dejás el auto en un área informal y caminás 10 minutos por un camino de tierra. Llegá temprano porque el espacio es limitado y en temporada alta se satura rápido. No tiene alquiler de hamacas ni servicios sofisticados: traé tu propia sombrilla, agua, y snacks.
Ses Salines merece mención especial no solo por su belleza sino por su ubicación dentro del Parque Natural protegido. Esta extensa playa en el sur de la isla tiene arena blanca finísima, aguas transparentes, y está flanqueada por dunas con vegetación mediterránea y las antiguas salinas que le dan nombre. Ses Salines tiene dos personalidades: un extremo es fashion y sofisticado, con beach clubs como Sa Trinxa y Jockey Club donde el público es trendy y los precios altos; el otro extremo es familiar y relajado, con espacio abundante y ambiente más democrático. La playa es bastante larga, así que caminando podés encontrar tu lugar ideal. El agua baja muy gradualmente, haciéndola segura para chicos. En días de viento, las olas pueden ser importantes, lo cual atrae a surfistas y bodysurfers. Parking de pago (10-15 euros), servicios completos, y muy buena conectividad por transporte público.
Cala Benirrás es famosa por sus atardeceres con tambores. Cada domingo (y algunos días más en pleno verano), hippies, músicos, y viajeros se congregan en esta cala del norte de la isla para la ceremonia de los tambores: una jam session improvisada que celebra la puesta del sol con ritmos africanos, djembés, y buena vibra colectiva. Más allá de este ritual, Benirrás es una playa preciosa de piedras y arena gruesa, rodeada de acantilados y con la formación rocosa de Cap Bernat emergiendo del mar como un dedo apuntando al cielo. El agua es profunda y cristalina, ideal para bucear. Tiene un par de chiringuitos rústicos con comida sencilla pero sabrosa. El acceso es por carretera sinuosa; manejá con cuidado especialmente los domingos cuando el tráfico se intensifica.
Hablemos claro: la vida nocturna de Ibiza es legendaria, pero no es para todos ni funciona como muchos imaginan. La isla tiene desde megaclubes con capacidad para 10,000 personas y los DJ’s más famosos del planeta, hasta bares íntimos con música en vivo y terrazas con vistas donde podés conversar sin gritar. La clave es entender qué tipo de noche buscás y planificar en consecuencia.
Los superclubes son el corazón de la leyenda ibicenca. Hï Ibiza (ex Space) es actualmente el club más premiado del mundo, con un sistema de sonido e iluminación que cuesta millones y programación que incluye a los DJ’s más importantes del planeta: David Guetta, Armin van Buuren, Eric Prydz, Black Coffee. El club tiene varias salas con diferentes estilos musicales simultáneos, zonas VIP estratificadas, y una producción que incluye desde actores performáticos hasta efectos especiales de Hollywood. Ushuaïa es único en su formato: club al aire libre que funciona desde la tarde hasta medianoche, con el escenario montado junto a la piscina central y el hotel sirviendo de anfiteatro. Ver el atardecer desde Ushuaïa mientras tu DJ favorito toca es una experiencia difícil de superar. Pacha, el club más antiguo e icónico de la isla, mantiene ese glamour retro-futurista que lo hizo famoso en los 70, ahora actualizado con tecnología de punta pero conservando la esencia. Amnesia y Privilege completan el circuito de megaclubes, cada uno con su identidad y público fiel.
Ahora, la realidad económica: entrar a estos clubs cuesta entre 50-80 euros dependiendo de la noche y el DJ. Las bebidas adentro cuestan entre 15 y 20 euros un trago básico, 25-30 euros si querés algo premium. Una noche completa en un superclub puede fácilmente costar 150-200 euros por persona. Pero hay estrategias para optimizar: muchos hoteles all inclusive ofrecen paquetes que incluyen entradas con descuento o hasta gratuitas como parte del servicio. Los promoters en la calle (especialmente en San Antonio y Playa d’en Bossa) distribuyen flyers con descuentos significativos. Comprar tickets anticipados online siempre es más barato que pagar en puerta.
Pero Ibiza nocturna no son solo megaclubes. San Antonio tiene una escena de bares más accesible y relajada. El Sunset Strip es una sucesión de bares con terrazas sobre las rocas donde el ritual es llegar antes del atardecer, conseguir mesa, pedir una copa, y aplaudir cuando el sol se hunde en el Mediterráneo. Café del Mar es el más famoso, creador del concepto chill-out que luego se exportó al mundo entero. Café Mambo, justo al lado, atrae multitudes con sus sesiones pre-party donde DJ’s reconocidos tocan sets gratuitos antes de ir a los clubs grandes. Ambos lugares cobran sus tragos (12-15 euros promedio) pero no hay entrada, y la experiencia de ver el atardecer ibicenco con música perfectamente sincronizada vale cada euro.
Santa Gertrudis y Santa Eulalia ofrecen alternativas más sofisticadas y tranquilas. Bares de vinos, restaurantes con música en vivo, terrazas con DJ’s que tocan deep house melódico sin destrozarte los tímpanos. Acá el público es más maduro (35+), los precios más razonables, y podés mantener una conversación sin comunicarte por señas. Es la Ibiza que descubren quienes regresan después de la fase de megaclubes, o quienes nunca estuvieron interesados en ese aspecto pero igual quieren disfrutar del espíritu festivo mediterráneo.
Un tip fundamental: la noche ibicenca arranca tarde. Los clubs abren a medianoche pero no se llenan hasta las 2-3 am, y el peak es entre 4 y 6 am. Si salís a las 11 pm como en Argentina, vas a encontrar todo vacío y te vas a sentir ridículo. La estrategia local: siesta seria después de la playa, cena tranquila a las 10 pm, bar de copas hasta la 1-2 am, y recién ahí moverte al club. Y aceptá que al día siguiente vas a arrancar tarde: nadie se levanta a las 8 am después de una noche ibicenca auténtica.
Recapitulando esta primera parte, te mostramos que Ibiza con hoteles all inclusive es una opción completamente viable que combina comodidad económica con acceso total a todo lo que hace especial a la isla. Exploramos los mejores resorts según diferentes perfiles —desde familias hasta parejas en plan romántico, desde fiesteros hasta quienes buscan relax absoluto— todos ofreciendo ese sistema todo incluido que te permite disfrutar sin preocuparte por cada gasto.
Navegamos las playas más espectaculares de Ibiza, desde las fashion como Ses Salines hasta las vírgenes como Cala Salada, entendiendo que cada una tiene su momento y su público ideal. Y nos sumergimos en la legendaria vida nocturna ibicenca, desmitificando los superclubes pero también mostrando las alternativas más accesibles y diversas que ofrece la isla después del atardecer.
Pero esto es apenas el comienzo. En la segunda parte vamos a profundizar en las actividades diurnas más allá de la playa, descubrir el universo de deportes náuticos que te esperan en estas aguas mediterráneas, explorar la cultura e historia sorprendente de la isla, y darte todos los tips prácticos para que tu viaje a Ibiza sea perfecto desde el momento que pisás el aeropuerto hasta que subís al avión de regreso (probablemente prometiéndote volver pronto). ¿Listo para la segunda parte?
Uno de los errores más comunes es pensar que Ibiza se limita a playas y clubs nocturnos. La isla tiene una riqueza cultural, natural e histórica que muchos viajeros se pierden por no salir del circuito obvio. Y lo mejor es que muchas de estas actividades están incluidas o con descuentos significativos cuando te hospedás en hoteles all inclusive que tienen acuerdos con operadores locales.
Dalt Vila, la ciudad vieja amurallada de Ibiza capital, es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y una auténtica joya arquitectónica. Estas murallas renacentistas del siglo XVI fueron construidas para defender la isla de los ataques piratas, y hoy encierran un laberinto de callejuelas empedradas, plazas escondidas, galerías de arte, boutiques bohemias y restaurantes con encanto. La subida desde el puerto atravesando el Portal de ses Taules es como viajar en el tiempo: dejás atrás el Ibiza moderno y te sumergís en siglos de historia mediterránea. La Catedral de Santa María, en el punto más alto, ofrece vistas panorámicas de 360 grados que abarcan desde Formentera hasta la costa de la península. Visitá Dalt Vila al atardecer cuando las murallas se iluminan y las terrazas de los restaurantes se llenan de una mezcla fascinante de turistas cultos y locales que aprecian su herencia.
El mercadillo hippie de Las Dalias en San Carlos es una institución que funciona desde 1954. Originalmente era el punto de encuentro de la comunidad hippie que llegó a Ibiza en los 60 y 70; hoy es un mercado enorme donde se mezclan artesanía auténtica con souvenirs turísticos, pero conserva ese espíritu contracultural. Funciona los sábados durante todo el año y todos los días en temporada alta. Vas a encontrar desde ropa bohemia hecha a mano hasta joyería de plata, pasando por atrapasueños, vinilos vintage, arte local y productos orgánicos. Hay música en vivo, food trucks con comida de todas partes del mundo, y una atmósfera relajada donde la diversidad es la norma. Incluso si no comprás nada, vale la pena ir solo por la experiencia cultural. Los domingos, el mercadillo de Punta Arabí en Es Canar ofrece algo similar pero en mayor escala: más de 500 puestos que lo convierten en el mercadillo hippie más grande de Ibiza.
Para los amantes de la naturaleza y el senderismo, Ibiza tiene rutas espectaculares. El sendero de Es Broll de Buscastell es uno de los más recomendables: parte desde San Antonio y te lleva por acantilados con vistas increíbles del Mediterráneo, atraviesa bosques de pinos y sabinas centenarias, y culmina en miradores naturales donde solo se escucha el viento y las olas rompiendo abajo. Son aproximadamente 10 kilómetros (ida y vuelta) de dificultad media, pero perfectamente marcados y seguros. Llevá agua abundante, protector solar, y zapatillas apropiadas. La ruta de Sa Talaia, que sube al punto más alto de la isla (475 metros), ofrece vistas que en días claros alcanzan hasta la península. La subida es exigente pero corta (40 minutos desde el parking), y la recompensa visual justifica el esfuerzo. Ambas rutas son gratuitas y están perfectamente señalizadas; podés descargar los tracks en apps como Wikiloc.
Cueva de Can Marçà en Puerto de San Miguel es una cueva natural con formaciones geológicas impresionantes que se puede visitar en tours guiados. Esta cueva fue utilizada históricamente por contrabandistas para esconder mercadería, y las historias sobre esos tiempos añaden dramatismo a la visita. El tour incluye efectos de luz y sonido que dramatizan las estalactitas y estalagmitas, un show de agua subterránea, y explicaciones sobre la formación geológica. Dura aproximadamente 40 minutos y cuesta 12 euros adultos, 7 euros niños. No es la cueva más espectacular del Mediterráneo, pero es una actividad diferente ideal para días nublados o cuando necesitás escapar del sol intenso.
Para algo completamente diferente, el acuario de Cap Blanc en San Antonio es una experiencia íntima y educativa. Este pequeño acuario natural está instalado en una cueva marina real donde antiguamente se guardaban langostas vivas para restaurantes. Hoy funciona como centro de recuperación de fauna marina y exhibe especies autóctonas del Mediterráneo: meros gigantes, pulpos, rayas, langostas, y tortugas marinas en rehabilitación. Es pequeño (la visita dura 20-30 minutos) pero muy bien montado, con explicaciones en varios idiomas y un enfoque conservacionista que educa sobre la importancia de proteger el ecosistema marino. Entrada: 5 euros adultos, 3 euros niños. Perfecto para ir con chicos y conectar con el lado ecológico de la isla.
Las aguas cristalinas y generalmente calmas de Ibiza crean condiciones perfectas para prácticamente cualquier deporte náutico que imagines. Y la buena noticia es que muchos hoteles all inclusive tienen acuerdos con centros náuticos que ofrecen descuentos importantes o hasta actividades gratuitas para huéspedes.
Kayak y stand up paddle (SUP) son las formas más accesibles de explorar la costa desde el agua. Podés alquilar kayaks o tablas de SUP en prácticamente cualquier playa principal por 15-25 euros la hora, o contratar tours guiados que te llevan a calas inaccesibles por tierra. Una experiencia particularmente recomendable es el tour en kayak a las cuevas de Cala d’Hort: salís de la playa, remás bordeando acantilados impresionantes con vistas a Es Vedrà (la roca mística que emerge del mar), y entrás a cuevas marinas donde la luz crea efectos mágicos sobre el agua. El tour dura unas 3 horas, incluye equipo, guía, snorkel, y cuesta alrededor de 45-60 euros. Los tours de SUP al amanecer o atardecer son otra opción fantástica: remás en aguas calmas mientras el sol pinta el cielo de colores imposibles, creando ese momento Instagram-perfecto pero también genuinamente memorable.
Snorkel y buceo en Ibiza revelan un mundo submarino sorprendentemente rico. Las praderas de posidonia oceánica (las mismas que hacen famosa a Formentera) también rodean Ibiza, creando hábitats para cientos de especies. Tagomago, el islote privado frente a la costa este, tiene algunos de los mejores spots de buceo: cuevas submarinas, paredes verticales cubiertas de vida marina, y visibilidad que puede alcanzar los 30 metros en días perfectos. No necesitás ser buceador certificado para disfrutarlo: las escuelas de buceo ofrecen «bautismos» (primera inmersión con instructor) desde 70-90 euros, incluyendo todo el equipo y las fotos submarinas. Para buceadores certificados, inmersiones desde costa cuestan 40-50 euros, y desde barco con dos inmersiones 80-100 euros. Cala Xarraca en el norte es accesible para snorkel desde la playa: simplemente llevá tus gafas y tubo, y nadá hacia las rocas donde vas a encontrar pulpos, sargos, doncellas, y si tenés suerte, alguna tortuga marina (cada vez más comunes gracias a los esfuerzos de conservación).
Los amantes de la adrenalina tienen en el jet ski su aliado perfecto. Alquilar una moto de agua en playas como Playa d’en Bossa o San Antonio cuesta entre 80-120 euros por hora, dependiendo del modelo y la temporada. Pero la mejor experiencia no es simplemente dar vueltas: los tours guiados en jet ski te llevan a recorrer toda la costa, parando en calas vírgenes para nadar y hacer snorkel, con vistas privilegiadas de acantilados y formaciones rocosas. Un tour típico de 2-3 horas visitando calas del norte o la ruta hasta Es Vedrà cuesta 150-200 euros por jet ski (pueden ir dos personas), e incluye guía, equipo de seguridad, y briefing completo. Es importante: necesitás licencia náutica para conducir jet skis en España, aunque hay opciones donde el guía maneja y vos vas de pasajero.
Parasailing —ese deporte donde te elevan atado a un paracaídas mientras una lancha te arrastra— ofrece vistas aéreas espectaculares de la costa ibicenca. La sensación de volar sobre el Mediterráneo a 50-80 metros de altura, con Ibiza extendida bajo tus pies y el horizonte infinito, es indescriptible. Los vuelos duran 10-15 minutos y cuestan 60-80 euros por persona. Operan principalmente desde Playa d’en Bossa y San Antonio, con salidas continuas durante todo el día en temporada alta. Es seguro incluso para quienes tienen miedo a las alturas: el despegue y aterrizaje se hacen desde la plataforma del barco, sin correr ni mojarse (a menos que pidas el «dip» donde te sumergen en el agua al final, que es genial).
Para una experiencia más exclusiva y relajada, alquilar un barco te da libertad total para diseñar tu día perfecto. Podés rentar desde pequeñas embarcaciones sin licencia (hasta 15 HP, perfectas para parejas o familias pequeñas, 100-150 euros medio día) hasta veleros con patrón que te llevan a hacer el tour completo de la isla con paradas para nadar, comer a bordo, y explorar calas secretas. Los catamaranes con patrón son especialmente populares para grupos: alquilás la embarcación completa (capacidad 10-12 personas), el patrón maneja mientras vos te dedicás a disfrutar, y podés personalizar el itinerario. Un día completo en catamarán con paradas en Formentera, comida, bebidas y equipo de snorkel cuesta 80-120 euros por persona (precio grupal)
Aunque tu hotel all inclusive resuelve todas las comidas, sería un error no explorar la gastronomía local ibicenca al menos un par de veces durante tu estadía. La isla tiene una tradición culinaria rica que mezcla influencias catalanas, valencianas, árabes y mediterráneas, creando platos únicos que no vas a probar en ningún otro lugar.
El bullit de peix es el plato más tradicional de Ibiza: un guiso de pescado (generalmente mero, rape o gallina de mar) con patatas, que se sirve en dos actos. Primero te traen el caldo con arroz como sopa; después, el pescado con las patatas y el alioli (salsa de ajo y aceite) que es prácticamente religión en la isla. Los mejores lugares para probarlo son restaurantes tradicionales en pueblos de interior como Es Boldado en Cala d’Hort (con vistas increíbles a Es Vedrà) o Can Cires en San Antonio, donde mantienen las recetas de las abuelas sin concesiones turísticas.
La ensalada payesa ibicenca es mucho más que una ensalada: es una comida completa. Lleva patata, pimiento seco, tomate, cebolla, y el ingrediente secreto que la distingue: peix sec (pescado seco salado, generalmente bacalao). Todo se mezcla con aceite de oliva local y algunas hierbas. Suena simple pero el balance de sabores —dulce del tomate, salado del pescado, terroso de la patata— es adictivo. Pedila como entrada para compartir en cualquier restaurante tradicional.
Las orelletes y flaó son postres típicos que encontrás en pastelerías locales. Las orelletes son galletas fritas con forma de oreja (de ahí el nombre) espolvoreadas con azúcar, crujientes y adictivas. El flaó es una tarta de queso fresco con hierbabuena y anís, tradicionalmente preparada para Semana Santa pero disponible todo el año en buenas pastelerías. Son el acompañamiento perfecto para un café después de comer.
Los vinos de Ibiza han mejorado exponencialmente en las últimas dos décadas. La isla tiene denominación de origen propia (IBO Vino de Ibiza) con bodegas que producen blancos frescos y aromáticos, tintos con carácter mediterráneo, y algunos rosados excelentes. Can Rich, Ibizkus, y Sa Cova son bodegas visitables donde podés hacer catas y comprar directo del productor. La experiencia más completa es el tour enogastronómico que combina visita a bodega, cata de vinos, y comida tradicional en el viñedo. Cuesta 40-60 euros por persona pero incluye todo, y te conecta con el lado agrícola y productor de la isla que la mayoría de turistas nunca descubre.
Llegamos al final de este recorrido completo por Ibiza con hoteles all inclusive, y esperamos haberte mostrado que esta isla mítica no es solo para veinteañeros ni exclusivamente para millonarios con yates. Ibiza es un destino increíblemente versátil que se adapta a prácticamente cualquier perfil de viajero, y el sistema all inclusive la hace más accesible sin sacrificar nada de su magia.
Vimos que podés despertar en tu resort con todo resuelto, desayunar tranquilo sabiendo que no hay cuenta por pagar, pasar el día explorando playas paradisíacas o haciendo deportes náuticos emocionantes, descubrir la riqueza cultural e histórica de Dalt Vila o los mercadillos hippies, cenar en tu hotel o aventurarte a probar la gastronomía local, y decidir si terminás la noche bailando en un superclub o tomando una copa tranquilo viendo las estrellas desde la terraza de tu hotel. Todo esto es Ibiza, y todo esto es posible sin necesitar un presupuesto infinito ni renunciar al confort.
La clave está en entender que el all inclusive no es una limitación sino una plataforma: te da la seguridad financiera y logística para relajarte, pero también la libertad de salir y descubrir sin preocuparte por volver a horarios estrictos o quedarte sin comer. Es el balance perfecto entre estructura y aventura, entre confort y descubrimiento.
Ibiza te está esperando con ese sol mediterráneo que cura cualquier mal, esas aguas que te hacen entender por qué la gente viaja miles de kilómetros para sumergirse en ellas, esa energía única que mezcla historia milenaria con presente vibrante, tradición con innovación, naturaleza virgen con sofisticación urbana. Y ahora que conocés todos sus secretos, no hay excusa para seguir postergando ese viaje que te merecés.
Contactá a Travel Wise, marcá en el calendario esas fechas que van a transformarse en recuerdos para toda la vida, y prepárate para descubrir que Ibiza no es lo que creías: es mucho mejor.
¿Los hoteles all inclusive de Ibiza incluyen alcohol premium? Depende del hotel: los de categoría superior (4-5 estrellas) generalmente incluyen marcas premium sin límite. Los más económicos suelen limitar las bebidas premium a ciertos horarios o incluir solo marcas nacionales. Siempre consultá en Travel Wise las condiciones específicas antes de reservar.
¿Vale la pena el all inclusive si quiero salir a conocer restaurantes? Absolutamente. El all inclusive te da flexibilidad: algunos días comés en el hotel sin preocuparte, otros salís a explorar la gastronomía local. Tenés la red de seguridad económica pero no estás obligado a usarla siempre. Es el mejor balance.
¿Cuándo es más barato viajar a Ibiza? Junio y septiembre ofrecen el mejor balance: clima excelente, mar cálido, precios 30-40% más bajos que julio-agosto, y mucha menos gente. Mayo y octubre son aún más económicos pero el agua está más fría y algunos establecimientos cierran.