A veces imponentes, a veces intrigantes. Elegidos por muchos y temidos por otros. Los cruceros son una experiencia en sí misma, que va más allá de los puertos en los que se detengan y del destino final.
Muchos dicen que son como ciudades flotantes, donde hay un entretenimiento para todos los gustos, noches llenas de sabores, música, baile y días de relax. Y esto es completamente cierto: no hay días aburridos a bordo de un crucero, aun cuando el horizonte esté lejos.
¿Cómo es un crucero por dentro?
Nuestros pasajeros Aldo y Alicia nos cuentan sobre su viaje a bordo de una de estas impresionantes embarcaciones y sobre su paso por uno de los lugares más lindos del mundo.
Es difícil describir la inmensidad que transmite un crucero a quienes no han vivido esta experiencia. Al ingresar, nos asombró por completo el imponente vestíbulo, donde conviven la madera natural, el bronce y el mármol.
Cabinas con balcones al mar, restaurantes temáticos, música en vivo y hasta spa. No hay nada que a bordo de un crucero no se pueda hacer, no hay un capricho que estas majestuosas naves no cumplan, desde una elegante noche de teatro hasta tragos exóticos al borde de la piscina.
Msc Opera
Como Broadway, pero en el mar
Lo mejor de este viaje fueron las noches de teatro. No esperábamos que un crucero tuviera compañías de actores, obras musicales originales y adaptaciones de grandes clásicos sobre escenarios magníficos. Todas las puestas en escena nos resultaron excepcionales, con sus propios directores artísticos, coreógrafos, escenógrafos, diseñadores de vestuario y expertos en iluminación y sonido.
Tuvimos la oportunidad de ver una obra musical que nos remitía a una conjunción de Broadway con el Cirque du Soleil: cantantes, bailarines, acróbatas y artistas provenientes de diferentes partes del mundo le pusieron color a la noche más mágica a bordo de este maravilloso mundo flotante.
Estar en un crucero es como estar en todas partes del mundo a la vez: es como si se unieran el espíritu festivo de Las Vegas, el glamour de Saint Tropez, el sol de las Islas Griegas, la calidez del Caribe y la maravillosa prestancia artística de New York. Todo esto, con un poquito de los sabores de distintos países, que se expanden en interminables buffets y restaurantes temáticos que nada tienen que envidiarle a los placeres gourmet de las grandes ciudades.
Cirque do Soleil en MSC
Detenerse en la magia de Grecia
De todos los puertos en los que paramos, de todos los tesoros que fuimos descubriendo en el camino, Grecia se adueñó rápidamente de nuestros corazones. Desde Travel Wise ya nos habían adelantado algunos detalles para conocer y descubrir uno de los países más fascinantes del mundo, y cómo hacerlo con nuestros propios ojos y al ritmo de nuestro propio andar.
Y si bien todo lo que nos contaron fue tal cual como sucedió, la belleza de Grecia nos pareció aún más espectacular que en los relatos. Gracias a sus consejos, descubrimos cuál era el mejor punto para contemplar el atardecer de Santorini, un lugar que nos hizo sentir que el mundo era todo para nosotros y que no podrían existir colores más imponentes y vivos.
Las Islas Griegas nos dejaron una sensación de paz y tranquilidad que necesitábamos. El azul del mar, los atardeceres de Santorini y las callecitas blancas de Mykonos, nos hicieron volver distintos. ¡Gracias, Travel Wise!
Mykonos