Los mejores rooftops de Nueva York: guía completa para vivir la ciudad desde las alturas


Cada lugar tiene una historia que contar


#volvésdistinto

Imaginate esto: el sol se esconde detrás de los rascacielos de Manhattan, el cielo se tiñe de naranja y violeta, y vos estás ahí, con un cóctel en la mano, a 200 metros de altura, viendo cómo la ciudad más fascinante del mundo se transforma en un océano de luces. Los rooftops en Nueva York no son simplemente bares o terrazas; son experiencias que te permiten entender por qué esta ciudad nunca deja de enamorar a quienes la visitan. Según datos de NYC Tourism, más del 78% de los visitantes internacionales incluyen al menos una experiencia en rooftop bar Nueva York durante su estadía, y no es para menos: desde estas alturas privilegiadas, la Gran Manzana revela su magia más auténtica.

En esta guía completa, te vamos a llevar por los mejores rooftops de Nueva York, desde los clásicos icónicos hasta las gemas escondidas que solo conocen los locales. Vas a descubrir no solo dónde están, sino también cuándo visitarlos, qué esperar de cada uno, y cómo transformar una simple salida en un recuerdo que vas a atesorar para siempre. Porque acá no se trata solo de subir a una terraza; se trata de vivir Nueva York desde una perspectiva que cambia absolutamente todo.

Por qué los rooftops son imprescindibles en tu viaje a Nueva York

Nueva York tiene algo mágico cuando la mirás desde arriba. Mientras caminás por sus calles te sentís parte de un hormiguero humano gigante, rodeado de edificios que parecen tocar el cielo. Pero cuando subís a uno de sus rooftops NYC, la perspectiva cambia radicalmente: vos pasás de ser una hormiga más a convertirte en observador privilegiado de una sinfonía urbana que nunca descansa.

Los rooftops en Nueva York se convirtieron en parte esencial de la cultura de la ciudad desde principios del siglo XX, cuando los primeros hoteles de lujo comenzaron a abrir sus terrazas para que los huéspedes escaparan del calor sofocante del verano. Con el paso de las décadas, estas terrazas evolucionaron hasta convertirse en espacios sofisticados donde la gastronomía, la mixología y el diseño se fusionan con vistas que literalmente te quitan el aliento.

Lo que hace únicos a los rooftop bars en Nueva York es que cada uno cuenta su propia historia. Algunos te ofrecen vistas panorámicas de 360 grados donde podés identificar cada edificio emblemático; otros te regalan perspectivas íntimas del skyline con el Empire State Building o el One World Trade Center como protagonistas absolutos. Están los que se especializan en cócteles de autor que rivalizan con los mejores bares del mundo, y los que apuestan por una propuesta gastronómica que transforma la experiencia en una cena memorable bajo las estrellas (o bajo las luces de neón, que en Nueva York brillan más que cualquier constelación).

Para nosotros los argentinos, acostumbrados a disfrutar de la vida al aire libre, los rooftops neoyorquinos representan una versión elevada —literalmente— de esa cultura de terrazas que tanto amamos. Pero acá, además del buen momento, ganás una postal cinematográfica que parece salida de una película de Woody Allen o de las series que todos maratoneamos.

Los rooftops más icónicos de Manhattan: clásicos que nunca fallan

Cuando hablamos de los mejores rooftops de Nueva York, hay algunos nombres que aparecen una y otra vez, y con razón. Estos espacios no solo ofrecen vistas espectaculares, sino que se ganaron su lugar en el olimpo de las terrazas neoyorquinas por su historia, su propuesta y esa capacidad de hacerte sentir que estás viviendo algo especial.

230 Fifth Rooftop Bar es probablemente el rooftop más fotografiado de toda la ciudad. Ubicado en el barrio de Flatiron, este espacio al aire libre te regala una de las mejores vistas del Empire State Building que vas a encontrar en toda Nueva York. Lo que lo hace único es que está abierto todo el año: en verano disfrutás de su enorme terraza con palmeras y sillones tipo lounge, mientras que en invierno se transforma en un refugio acogedor con calefactores, mantas rojas y los famosos «igloos» donde podés reservar tu espacio privado. La vibra acá es relajada pero animada, ideal para arrancar la noche antes de salir a explorar la ciudad. Eso sí, llegá temprano los fines de semana porque la fila puede ser larga, especialmente después de las 8 de la noche.

The Press Lounge en el Hotel Ink48

En el corazón de Midtown, el The Press Lounge en el Hotel Ink48 es un favorito absoluto entre quienes buscan vistas del río Hudson y el perfil de Manhattan desde una perspectiva diferente. Este rooftop se distingue por su diseño moderno y sofisticado, con una paleta de colores neutros que permite que el verdadero protagonista sea el paisaje circundante. Los atardeceres acá son legendarios: ver cómo el sol se hunde en el horizonte mientras las luces de la ciudad comienzan a titilar es una experiencia casi espiritual. La carta de cócteles es excelente, con creaciones originales que vale la pena probar, y el código de vestimenta es «smart casual», así que dejá las zapatillas en el hotel.

Top of the Strand

Top of the Strand es una joya escondida en pleno Midtown que muchos turistas pasan por alto, y eso lo convierte en una opción perfecta si querés escapar de las multitudes sin sacrificar calidad. Este rooftop boutique ofrece vistas impresionantes del Empire State Building y el horizonte de Midtown, pero con un ambiente mucho más íntimo. La terraza es relativamente pequeña, lo que crea una atmósfera exclusiva y relajada. Los cócteles son creativos y bien ejecutados, y los precios, aunque no son baratos, son más razonables que en otros rooftops de similar categoría. Es ideal para una cita romántica o para tomar algo tranquilo después de un día intenso de turismo.

Bar SixtyFive

Si lo que buscás es lujo absoluto y no te importa gastar un poco más, Bar SixtyFive en el Rockefeller Center es tu lugar. Ubicado en el piso 65 del edificio Rainbow Room, este rooftop acristalado ofrece vistas de 360 grados que incluyen Central Park, el Empire State Building y prácticamente todo lo que importa en Manhattan. Acá no estás técnicamente al aire libre, pero las ventanas del piso al techo te dan la sensación de estar flotando sobre la ciudad. El ambiente es elegante y refinado, perfecto para ocasiones especiales. Los cócteles son obras de arte líquidas, tanto en presentación como en sabor, y el servicio es impecable. Hay un cover charge mínimo por persona que va de 20 a 50 dólares dependiendo del día y la hora, pero la experiencia lo justifica totalmente.

Rooftops con las mejores vistas del skyline: perspectivas que cambian todo

No todos los rooftops en Nueva York son iguales cuando se trata de vistas. Algunos te ofrecen perspectivas tan perfectas que parecen diseñadas específicamente para que saques la foto de tu vida. Estos son los espacios donde la geografía y la arquitectura se alinean para crear postales vivientes.

Westlight

Westlight en Williamsburg, Brooklyn, es el rooftop que cambió el juego cuando abrió sus puertas. Desde el piso 22 del Hotel William Vale, este espacio te regala la vista más cinematográfica del skyline de Manhattan que existe. Y no lo decimos nosotros; lo dicen los miles de fotógrafos y Instagramers que peregrinan hasta acá cada atardecer. Lo especial de Westlight es que estás mirando Manhattan desde Brooklyn, lo que significa que tenés toda la isla desplegada frente a vos como un panorama completo: el Empire State, el Chrysler Building, el One World Trade Center, todos juntos en una composición perfecta. El diseño interior es minimalista y sofisticado, con ventanas de piso a techo que maximizan las vistas incluso cuando estás adentro. Los cócteles son excepcionales, con una carta que cambia estacionalmente y precios que rondan los 18-22 dólares por trago.

Harriet’s Rooftop

Para una experiencia completamente diferente, Harriet’s Rooftop en el Hotel 1 en Brooklyn Heights te ofrece vistas íntimas del puente de Brooklyn y el Lower Manhattan. Este rooftop es más pequeño y acogedor que muchos de sus competidores, lo que lo convierte en un refugio perfecto para escapar del frenesí turístico. La decoración tiene un aire vintage californiano con toques industriales que le dan personalidad propia. Las vistas del puente de Brooklyn desde acá son particularmente hermosas al atardecer, cuando la luz dorada baña las torres góticas del puente. La carta de comida es sorprendentemente buena para un rooftop bar, con opciones que van más allá de los típicos snacks, incluyendo pizzas artesanales y platos para compartir.

The Crown

Si querés sentirte literalmente en la cima del mundo, The Crown en el piso 21 del Hotel 50 Bowery en Chinatown te pone cara a cara con algunos de los edificios más emblemáticos de Nueva York. Desde acá tenés vistas privilegiadas del puente de Manhattan, el puente de Brooklyn y el Financial District. Lo que hace especial a The Crown es su ubicación única: estás lo suficientemente alto como para tener una perspectiva aérea, pero no tan alto como para sentirte desconectado de la energía de la ciudad que late abajo. El diseño combina elegancia contemporánea con toques asiáticos que rinden homenaje al barrio donde está ubicado. Los tragos están bien hechos y la selección de vinos es respetable, aunque los precios están en el rango alto (espera pagar entre 20-25 dólares por cóctel).

Refinery Rooftop

Para los que quieren una experiencia más relajada y menos pretenciosa, Refinery Rooftop en el barrio de la Moda (Garment District) ofrece vistas excelentes del Empire State Building desde una terraza que parece sacada de una revista de diseño. Este rooftop tiene un aire bohemio-industrial muy neoyorquino, con plantas colgantes, muebles vintage y una vibra que invita a quedarse toda la noche. Es especialmente popular entre los locales que trabajan en la zona, lo que le da un ambiente más auténtico y menos turístico. Los precios son ligeramente más accesibles que en otros rooftops de Manhattan, y regularmente tienen especiales de happy hour que vale la pena aprovechar.

Rooftops temáticos y con propuestas únicas: más allá de las vistas

Nueva York es una ciudad que nunca hace las cosas a medias, y esto se aplica también a sus rooftops NYC. Más allá de las vistas espectaculares, algunos espacios en las alturas desarrollaron conceptos temáticos tan interesantes que se convirtieron en destinos por derecho propio, donde la experiencia completa importa tanto como el panorama.

Gallow Green en el Hotel McKittrick (hogar del famoso show inmersivo «Sleep No More») es probablemente el rooftop más surrealista y fotogénico de toda Nueva York. Este jardín secreto en pleno Chelsea te transporta a un cuento de hadas urbano con su decoración selvática, muebles vintage reutilizados y una estética bohemia que parece diseñada por un director de arte obsesionado con los detalles. Hay plantas por todos lados, desde enredaderas que cuelgan del techo hasta árboles en macetas estratégicamente ubicados. Durante el verano es mágico; en invierno cierran para la temporada. Lo que hace único a Gallow Green es que no se siente como un típico bar de hotel: tiene personalidad propia y una vibra artística que atrae a creativos, actores y gente interesante. Los cócteles siguen el mismo camino creativo que la decoración, con nombres evocadores y presentaciones teatrales. Precios moderados-altos, pero la experiencia lo vale.

Si sos fanático de la buena comida tanto como de las buenas vistas, Alma en Carroll Gardens, Brooklyn, combina cocina mexicana contemporánea con una de las terrazas más encantadoras de la ciudad. Este rooftop tiene un aire relajado y vecinal que contrasta deliciosamente con los espacios más corporativos de Manhattan. Las vistas incluyen el Statue of Liberty y el harbor de Nueva York a lo lejos, pero la verdadera estrella acá es la propuesta gastronómica: tacos auténticos, ceviches frescos y una carta de tequilas y mezcales que rivaliza con cualquier bar especializado. El ambiente es casual y amigable, perfecto para ir con amigos y compartir platos. Los precios son razonables para ser Nueva York, especialmente si considerás la calidad de la comida.

Para los que buscan una experiencia más zen y sofisticada, Azul on the Rooftop en el Hugo Hotel ofrece un oasis minimalista en pleno SoHo. Este rooftop se especializa en champagne y tiene una carta impresionante de burbujas de todo el mundo, desde los clásicos franceses hasta cavas españoles y proseccos italianos. El diseño es limpio y moderno, con predominio de blancos y azules que crean una atmósfera serena y elegante. Es ideal para celebraciones especiales o para esa tarde en la que simplemente querés darte un lujo. Las vistas incluyen el One World Trade Center y el downtown Manhattan. El público que atrae es ligeramente más maduro y sofisticado que en otros rooftops, lo que se traduce en conversaciones más tranquilas y música ambiente en lugar de DJ sets agresivos.

Consejos prácticos de Travel Wise para disfrutar los rooftops como un local

Visitarlos mejores rooftops de Nueva York no es simplemente aparecer y pedir un trago. Hay un arte en sacarle el máximo provecho a estas experiencias, y después de años visitando la ciudad, te podemos compartir algunos trucos que transformarán tu visita de buena a memorable.

El timing es todo. Los rooftops tienen personalidades completamente diferentes según el horario. Si querés ver el atardecer (y deberías, porque es espectacular), llegá al menos 30-45 minutos antes de la hora del sunset. Esto te da tiempo de conseguir buen lugar y de que te sirvan antes de que el cielo empiece su show de colores. Los atardeceres en Nueva York durante verano ocurren alrededor de las 8:30 PM, mientras que en primavera y otoño se adelantan a las 6-7 PM. Chequeá la hora exacta del sunset el día que planees ir y calculá en consecuencia.

El código de vestimenta varía significativamente entre rooftops. Los más exclusivos como Bar SixtyFive o The Press Lounge tienen políticas de «smart casual» o «business casual», lo que significa nada de zapatillas deportivas, shorts, ojotas o gorras. Para los hombres, un pantalón de vestir o jean oscuro con camisa funciona perfecto; para las mujeres, un vestido casual o blusa con pantalón está más que bien. Los rooftops más relajados como 230 Fifth o Gallow Green son más flexibles, pero igual evitá la ropa de gimnasio o muy deportiva. Cuando reserves o antes de ir, chequeá su página web o Instagram donde usualmente aclaran este tema.

Las reservas son complicadas porque muchos rooftops no las aceptan o solo las toman para grupos grandes. La política general es «first come, first served» (primero en llegar, primero en ser atendido), lo que significa que podés enfrentarte a filas, especialmente los viernes y sábados después de las 7 PM. Nuestra estrategia: si es un lugar que no acepta reservas y realmente querés ir, llegá tipo 5-6 PM un día de semana o inmediatamente cuando abran los fines de semana. Si es un rooftop que sí acepta reservas (como algunos de los más exclusivos), hacela con al menos una semana de anticipación, más si viajás en temporada alta (mayo-septiembre).

Hablemos de presupuesto porque acá no podemos hacernos los distraídos: los rooftops en Nueva York no son baratos. Un cóctel signature ronda entre 18 y 28 dólares, las cervezas arrancan en 10-12 dólares, y los vinos por copa desde 15 dólares para arriba. Si pensás comer algo, los small plates van de 15 a 30 dólares. Calculá un mínimo de 50-60 dólares por persona para dos tragos, más propina (siempre 18-20% del total). Algunos lugares tienen cover charge en fines de semana que puede ir de 20 a 50 dólares por persona. Sí, es caro, pero pensá que estás pagando por la experiencia completa: las vistas, el ambiente, la ubicación privilegiada. Una forma de ahorrar un poco es ir durante happy hour (usualmente entre 5-7 PM) cuando muchos lugares ofrecen descuentos en tragos seleccionados.

Recapitulando lo que vimos hasta acá

En esta primera parte de nuestra guía por los mejores rooftops de Nueva York, exploramos por qué estas terrazas elevadas se convirtieron en experiencias imprescindibles para cualquier visitante de la Gran Manzana. Descubrimos los clásicos icónicos como el 230 Fifth y The Press Lounge, donde las vistas del Empire State Building y el río Hudson te dejan sin palabras. También conocimos los rooftops con las perspectivas más cinematográficas del skyline, como Westlight en Brooklyn, que te ofrece toda Manhattan desplegada como una postal viviente.

Nos adentramos en propuestas temáticas únicas como el jardín secreto de Gallow Green y la sofisticación burbujeante de Azul on the Rooftop, espacios donde la experiencia va mucho más allá de simplemente tomar algo con buenas vistas. Y por último, te brindamos los consejos sobre timing, vestimenta, reservas y presupuesto para que navegues el mundo de los rooftops neoyorquinos como un verdadero local.

Pero esto es solo el comienzo. En la segunda parte vamos a explorar los rooftops más exclusivos y difíciles de acceder, las mejores opciones por vecindario para que optimices tus días en la ciudad, alternativas económicas para disfrutar las alturas sin vaciar la billetera, y un calendario estacional que te va a ayudar a elegir el mejor momento del año para cada experiencia. También te vamos a revelar algunos rooftops secretos que no aparecen en las guías turísticas y vas a conocer las mejores opciones para diferentes ocasiones: citas románticas, celebraciones con amigos, o simplemente ese momento especial que te merecés después de caminar 20 kilómetros por día haciendo turismo.

SEGUNDA PARTE

Rooftops exclusivos: experiencias VIP en las alturas

Ahora que ya conocés los clásicos y tenés las bases, es momento de subir la apuesta. Nueva York tiene una categoría especial de rooftops que operan en otra liga completamente diferente: espacios donde el lujo, la exclusividad y la sofisticación se encuentran a cientos de metros sobre el nivel de la calle. Estos lugares no son para cualquier día ni para cualquier bolsillo, pero si estás celebrando algo especial o simplemente querés darte ese gusto que te merecés, acá está la crema de la crema.

The Crown at The Crown en el piso 21 del Hotel 50 Bowery ya lo mencionamos, pero merece un lugar destacado en esta sección por su política de acceso estratificado. Aunque es técnicamente un rooftop público, tienen una sección VIP reservable que incluye servicio de botella y áreas exclusivas con los mejores asientos. Si vas a ir con un grupo y querés asegurarte el mejor spot con vistas privilegiadas del puente de Manhattan, esta opción vale cada dólar extra que vas a gastar.

Le Bain en el Standard High Line es probablemente el rooftop más exclusivo y difícil de acceder en toda Nueva York. Ubicado en el piso 18 del icónico hotel que cruza la High Line, este espacio combina un rooftop bar con una piscina, jacuzzi y una vibra que oscila entre club nocturno sofisticado y fiesta de Hamptons. La política de entrada es notoriamente estricta: el doorman tiene poder absoluto para decidir quién entra y quién no, basándose en un criterio que incluye vestimenta, actitud y simplemente el «vibe» que proyectes. Los jueves a domingos después de las 10 PM puede haber fila de hasta dos horas, y no hay garantía de entrada aunque esperes todo ese tiempo. Mi consejo: si realmente querés experimentar Le Bain, andá un martes o miércoles temprano (tipo 7-8 PM), vestite bien (esto es crucial), y si podés, alojarte en el hotel te da acceso garantizado. Las vistas del río Hudson y el Meatpacking District son espectaculares, la música es excelente, y la gente que atrae es parte del espectáculo: celebridades, modelos, creativos y neoyorquinos fashionistas que vienen a ver y ser vistos.

Magic Hour en el Moxy Times Square es un rooftop que desafía todas las expectativas. Con sus tres pisos de terrazas, este espacio es enorme y tiene una decoración kitsch-glam que incluye desde un mini golf hasta instalaciones de arte urbano y zonas de juegos para adultos. Es menos exclusivo en términos de acceso que Le Bain, pero la experiencia es igualmente memorable. Lo que lo hace especial es que captura perfectamente la energía loca y sin límites de Times Square, pero desde una perspectiva elevada que te permite disfrutarla sin el agobio de las multitudes. Es popular entre una multitud más joven y festiva, especialmente los fines de semana cuando ponen DJs y se transforma prácticamente en un club al aire libre. Los precios están en el rango alto, pero la variedad de espacios y ambientes dentro del mismo rooftop hace que valga la pena.

Para una experiencia verdaderamente de otro nivel, The Roof at Park South combina elegancia old-school con vistas modernas del Empire State Building y el Chrysler Building. Este rooftop boutique se siente como el jardín secreto de algún magnate neoyorquino, con su decoración que incluye pérgolas, plantas exuberantes y muebles que parecen sacados de una casa de campo europea. El acceso es más fácil que en Le Bain, pero el ambiente es igualmente sofisticado. Es el tipo de lugar donde los ejecutivos de Manhattan vienen a cerrar deals mientras toman Martinis perfectamente preparados. La carta de cócteles clásicos es excepcional, y si sos amante del buen whisky o bourbon, su selección te va a impresionar.

Guía por vecindarios: el rooftop perfecto según dónde estés

Una de las claves para optimizar tu experiencia con los rooftops en Nueva York es elegir estratégicamente según el vecindario donde estés cada día. La ciudad es enorme, y desplazarte de un extremo a otro solo para tomar un trago puede consumir tiempo valioso que preferirías usar explorando. Acá te armo un mapa mental de las mejores opciones por zona.

Midtown Manhattan es el epicentro de los rooftops turísticos, y con razón. Si estás por acá haciendo lo clásico (Empire State, Rockefeller Center, Times Square), tenés opciones como el 230 Fifth, The Press Lounge, Bar SixtyFive y Refinery Rooftop literalmente a pocas cuadras de distancia. Mi estrategia: guardá el rooftop para el final del día, después de que termines de visitar museos y atracciones. Alrededor de las 6-7 PM, cuando tus piernas ya no dan más de caminar, subí a una terraza, pedite algo fresco y dejá que la ciudad te devuelva la energía desde arriba. Midtown tiene la ventaja de concentrar muchas vistas icónicas, así que prácticamente cualquier rooftop acá te va a regalar postales memorables.

Brooklyn merece su propia categoría porque los rooftops acá tienen una personalidad completamente diferente. Williamsburg, Dumbo y Brooklyn Heights concentran las mejores opciones, con Westlight liderando el pack pero también Harriet’s, Westlight, y el más recién llegado Mister Sunday en Bushwick. La gran ventaja de los rooftops de Brooklyn es que mirás hacia Manhattan, lo que significa que tenés todo el skyline como telón de fondo. Son generalmente menos pretenciosos y más relajados que sus contrapartes en Manhattan, con públicos más locales y menos turísticos. Si estás dedicando un día a explorar Brooklyn (cruzar el puente de Brooklyn caminando, recorrer Dumbo, visitar galerías en Williamsburg), terminar el día en uno de estos rooftops es prácticamente obligatorio.

Lower Manhattan y Financial District tienen opciones más limitadas pero igualmente interesantes. The Crown en Chinatown es tu mejor apuesta por acá, ofreciendo vistas de los puentes de Brooklyn y Manhattan. Esta zona es ideal si estás combinando la visita al 9/11 Memorial, el Oculus, o paseando por el Seaport District. El vibe es más corporativo durante la semana (muchos oficinistas después del trabajo) y más turístico los fines de semana.

Chelsea y West Village son perfectos para los que buscan un rooftop con más personalidad artística y menos masificación turística. Gallow Green es obviamente la estrella acá, pero también tenés opciones más discretas como el rooftop del Standard (aunque ya hablamos de Le Bain, que es nocturno, el hotel tiene otras terrazas más accesibles durante el día). Esta zona es ideal si estás recorriendo la High Line, visitando galerías de arte en Chelsea, o explorando el Greenwich Village. El público tiende a ser más creativo y bohemio, con menos gente tomándose selfies y más gente realmente disfrutando el momento.

Upper East y Upper West Side no son conocidos por sus rooftops de la misma manera que otras partes de Manhattan, pero tienen opciones encantadoras y menos saturadas. Si estás visitando museos (MET, Guggenheim, Museo de Historia Natural) o paseando por Central Park, buscá opciones en hoteles boutique de estas zonas. Aunque no son tan instagrameables como los de Midtown, ofrecen experiencias más tranquilas y auténticas, perfectas para una tarde relajada después de horas en museos.

Alternativas económicas: rooftops sin romper el banco

Seamos realistas: no todos los días podés (ni querés) gastarte 50 dólares por persona en tragos. Pero eso no significa que tengas que renunciar a disfrutar de las vistas desde las alturas. Nueva York tiene opciones más accesibles que te permiten vivir la experiencia del rooftop bar Nueva York sin que tu tarjeta de crédito llore.

Berry Park en Williamsburg es un game-changer para presupuestos ajustados. Este gastro-pub tiene un rooftop espacioso con vistas decentes del skyline de Manhattan, pero lo mejor es que los precios están a años luz de los rooftops de Manhattan: las cervezas arrancan en 7-8 dólares, los cócteles en 12-14, y tienen una carta de comida pub-style con opciones entre 10 y 18 dólares. Es más informal y casual, con mesas de picnic y una vibra de barbacoa de verano, pero precisamente esa falta de pretensión lo hace perfecto para relajarte sin preocuparte por el protocolo. Durante los meses de verano tienen especiales de happy hour que hacen los precios aún más amigables.

Los rooftops de cadenas de hoteles boutique como Arlo Hotels (tienen varios en NYC) ofrecen terrazas con vistas respetables y precios más moderados que los hoteles de lujo. El A.R.T. SoHo Rooftop del Arlo SoHo tiene cócteles en el rango de 15-18 dólares, que sigue siendo caro pero es notablemente más accesible que el promedio de 22-25 de otros lugares. Además, estos espacios son generalmente menos exigentes con códigos de vestimenta y políticas de entrada.

Una estrategia inteligente es aprovechar los happy hours. Muchos rooftops, incluso algunos bastante exclusivos, ofrecen descuentos significativos entre las 5 y 7 PM de lunes a viernes. Podés encontrar cócteles a mitad de precio y small plates con 30-40% de descuento. Refinery Rooftop y The Ides en Williamsburg tienen happy hours particularmente buenos. Llegás temprano, disfrutás de precios más razonables, y de paso conseguís mejor ubicación antes de que llegue la multitud.

Pod 39 Rooftop en Murray Hill es otro secreto bien guardado para los que cuidan el presupuesto. Este rooftop tiene un ambiente relajado y divertido, con juegos de mesa, food trucks rotativos y precios que no te van a hacer sentir culpable. Es popular entre viajeros jóvenes y backpackers, lo que crea una vibra internacional y amigable. No vas a tener las mejores vistas de Nueva York, pero vas a pasar un buen rato sin estresarte por cuánto estás gastando.

Calendario estacional: cuándo visitar cada rooftop

Los rooftops NYC cambian radicalmente su personalidad según la estación del año, y saber cuándo visitarlos puede ser la diferencia entre una experiencia mágica y una decepcionante. Acá te cuento cómo aprovechar cada temporada al máximo.

Verano (junio-agosto) es la temporada alta absoluta para rooftops. El clima es ideal, todos los espacios están completamente abiertos, y la energía es eléctrica. Pero también es cuando están más saturados y caros. Si visitás en verano, mi recomendación es que vayas entre semana si podés, y que explores opciones en Brooklyn que tienden a ser menos agobiantes que las de Midtown. Los rooftops con piscina como Le Bain brillan en esta época. Algunos lugares organizan eventos especiales durante el verano: movie nights, conciertos al aire libre, fiestas temáticas. Estate atento a las programaciones porque pueden transformar una visita normal en algo memorable.

Otoño (septiembre-noviembre) es, en mi opinión, la mejor época para disfrutar rooftops en Nueva York. El clima es perfecto (días cálidos, noches frescas pero no frías), las multitudes disminuyen considerablemente después de Labor Day, y los colores del atardecer son particularmente hermosos cuando el otoño pinta el cielo de rojos y naranjas intensos. Septiembre y principios de octubre son ideales. A finales de noviembre algunos rooftops empiezan a cerrar o a limitar sus espacios al aire libre, pero los que se mantienen abiertos tienen calefactores y mantas que hacen la experiencia súper acogedora.

Invierno (diciembre-febrero) separa los rooftops ocasionales de los comprometidos. Muchos cierran completamente durante estos meses, pero los que permanecen abiertos se reinventan de maneras fascinantes. El 230 Fifth con sus «igloos» privados se convierte en una experiencia única de invierno. Tomar algo caliente (chocolate con licor, vino caliente especiado, cócteles calientes) mientras ves nevar sobre Manhattan es algo que no te vas a olvidar nunca. Eso sí, abrigate bien: los calefactores ayudan pero si estás al aire libre, vas a necesitar campera, bufanda y guantes. El lado positivo es que hay muchísima menos gente, así que conseguir buenos lugares es más fácil.

Primavera (marzo-mayo) es la temporada del renacimiento. Los rooftops empiezan a reabrir sus espacios exteriores, las plantas florecen, y hay una energía especial en el aire porque todos estamos desesperados por salir después del invierno. Abril y mayo son particularmente hermosos. Los atardeceres de primavera son más tempranos que en verano (alrededor de las 7-7:30 PM), lo que te permite disfrutar el sunset y todavía tener tiempo para hacer otras cosas después. Los precios todavía no están en su pico de temporada alta, así que es buen momento para ir a lugares más exclusivos sin pagar los recargos del verano.

Rooftops secretos y fuera del radar turístico

Acá viene la parte que más me gusta: los lugares que no aparecen en el top 10 de ninguna lista pero que los neoyorquinos realmente frecuentan. Estos rooftops no necesariamente tienen las vistas más espectaculares, pero tienen algo que muchos espacios turísticos perdieron: autenticidad.

Cantina Rooftop en Hell’s Kitchen es uno de esos lugares que pasan completamente desapercibidos para los turistas pero que los residentes del West Side conocen y aman. Es un rooftop mexicano casual con tacos decentes, margaritas generosas y una terraza que se siente más como la fiesta en la casa de un amigo que como un bar comercial. Las vistas son discretas pero incluyen pedacitos del skyline de Midtown, y la vibe es relajada y sin pretensiones. Es el tipo de lugar donde podés ir en jeans y remera un martes a la noche y sentirte completamente cómodo.

Loosie’s Rooftop en Williamsburg es prácticamente invisible online pero los locales hacen fila para entrar los fines de semana. Es pequeño, íntimo, y tiene una propuesta gastronómica sorprendentemente buena (su foco está en la comida tanto como en los tragos). Las vistas son modestas pero el ambiente compensa: música cuidadosamente curada, iluminación perfecta, y una multitud interesante que viene más a socializar que a sacar fotos. No aceptan reservas y no tiene una gran presencia en redes sociales, lo que lo mantiene fuera del circuito turístico masivo.

Broken Shaker en el Hotel Freehand es técnicamente conocido pero de alguna manera sigue sintiéndose como un secreto. Este rooftop tiene un vibe tropical-bohemio con decoración ecléctica y una de las mejores cartas de cócteles de toda la ciudad (no exagero, sus bartenders ganan competencias internacionales regularmente). Está en Gramercy, una zona que los turistas tienden a pasar por alto, lo que mantiene las multitudes más manejables. La terraza tiene plantas por todos lados, hay un área de juegos con ping pong, y la música es siempre perfecta. Es el tipo de lugar donde terminás quedándote tres horas más de lo que planeabas.

En Queens, The Roof at The Ravel Hotel en Long Island City es probablemente el rooftop más subestimado de toda Nueva York. Desde acá tenés vistas panorámicas de Manhattan que rivalizan con las de Westlight, pero prácticamente nadie viene porque Long Island City todavía no está en el mapa mental de la mayoría de los visitantes. Si estás dispuesto a tomar un subway de 15 minutos desde Midtown, vas a ser recompensado con vistas increíbles, precios más razonables, y la satisfacción de haber encontrado algo que el 95% de los turistas se pierde.

Rooftops según la ocasión: cómo elegir el espacio perfecto

No todos los rooftops en Nueva York son apropiados para todas las situaciones. Elegir el correcto según qué estés celebrando o qué tipo de experiencia busques puede hacer toda la diferencia.

Para una cita romántica, querés intimidad, buena iluminación (que favorezca pero no sea tan oscura que no puedan verse), y un nivel de ruido que permita conversar. Top of the Strand es prácticamente perfecto para esto: pequeño, sofisticado, con vistas espectaculares del Empire State Building y lo suficientemente tranquilo para tener conversaciones profundas. Harriet’s Rooftop en Brooklyn Heights es otra excelente opción, especialmente si conseguís mesa cerca de las vistas del puente de Brooklyn justo al atardecer. Evitá lugares como 230 Fifth o Magic Hour que son fantásticos pero definitivamente NO románticos debido a las multitudes y el ruido.

Para salir con amigos a divertirse y tomar varios tragos, querés espacio, energía alta y precios que no te arruinen si terminan pidiendo varias rondas. Berry Park en Brooklyn es ideal para esto. Pod 39 también funciona perfecto para grupos porque tiene ese vibe social y relajado donde nadie se va a sentir incómodo. Magic Hour es excelente si tu grupo es más del estilo fiestero y quieren un lugar donde haya movimiento y música.

Para celebraciones especiales (cumpleaños, aniversarios, promociones laborales), querés algo memorable que justifique gastar un poco más. Bar SixtyFive en el Rockefeller Center es mi primera recomendación: es espectacular, el servicio es impecable, y el hecho de estar en el icónico edificio del Rockefeller le da un factor «wow» automático. Le Bain es perfecto si la celebración es para alguien joven que aprecia ambientes más clubbers y exclusivos. The Crown at The Crown con su sección VIP es ideal para grupos que quieren privacidad y estar dispuestos a pagar por ella.

Para ir solo y simplemente disfrutar de un momento para vos mismo después de días intensos de turismo, buscá rooftops más tranquilos donde no te sientas raro estando solo. Azul on the Rooftop funciona perfecto para esto: podés sentarte en la barra, pedir un buen champagne, y simplemente desconectar mientras mirás el skyline. Refinery Rooftop también es amigable para viajeros solos, especialmente si vas en happy hour cuando hay ambiente pero no está saturado.

La mejor hora para sacar fotos: guía para instagramers

Seamos honestos: parte del atractivo de los rooftops NYC es la oportunidad de conseguir fotos espectaculares. Si esto es importante para vos (y no hay nada de malo en eso), acá van algunos consejos profesionales.

La golden hour —esa hora mágica antes del atardecer— es cuando la luz es más favorecedora y cuando el cielo hace cosas increíbles con los colores. Llegá aproximadamente una hora antes del sunset oficial. Esto te da tiempo de conseguir buen lugar, de tomar fotos con luz de día clara, luego capturar la transición del atardecer, y finalmente conseguir esas fotos nocturnas con la ciudad iluminada de fondo. Es una ventana de aproximadamente 90 minutos donde tenés tres tipos de luz completamente diferentes.

Para fotos del skyline como fondo, los rooftops de Brooklyn (Westlight, Harriet’s) son superiores a los de Manhattan porque tenés toda la ciudad frente a vos. Si querés el Empire State Building en tu foto, 230 Fifth es virtualmente imbatible. Para el puente de Brooklyn, Harriet’s o The Roof at The William Vale.

Un truco que pocos conocen: muchos rooftops tienen sus propias instalaciones artísticas o elementos decorativos específicamente diseñados para ser fotogénicos. Gallow Green está literalmente construido para Instagram con su jungla urbana. Magic Hour tiene varias «photo ops» incluyendo un cartel de LOVE gigante. Usá estos elementos creativamente para fotos más interesantes que el típico «yo con skyline de fondo».

Luz artificial: cuando cae la noche completamente, prestá atención a cómo está iluminado el rooftop. Algunos tienen luces cálidas y favorecedoras; otros tienen iluminación más fría que puede hacer que las fotos salgan poco atractivas. Si estás con el celular, usá el modo nocturno pero tratá de mantener el ISO bajo para evitar ruido. Y un consejo que vale oro: pedile al bartender o a algún staff que te saque la foto. Ellos conocen los mejores ángulos y están acostumbrados a estas solicitudes, además suelen tener mejor ángulo que el selfie con brazo extendido.

Tips finales de supervivencia para rooftops neoyorquinos

Después de todo lo que charlamos, dejame compartirte algunos últimos consejos que vienen de la experiencia directa y de varios errores que cometí para que vos no tengas que cometerlos.

Siempre llevá una campera o abrigo liviano, incluso en verano. Las noches en Nueva York pueden refrescar sorpresivamente, y estar a 20 pisos de altura con viento puede hacer que una noche perfecta se transforme en una experiencia incómoda. Muchos rooftops tienen mantas disponibles, pero no contarías con encontrar una libre cuando la necesités.

Chequeá el clima religiosamente el día que planees ir. Los rooftops cierran o cancelan sus secciones al aire libre si hay tormenta, y algunos incluso con lluvia ligera. No hay nada más frustrante que atravesar media ciudad para encontrarte con que el lugar está cerrado.

No asumas que podés usar tarjetas internacionales sin problemas. Aunque es raro, algunos lugares más pequeños solo aceptan tarjetas estadounidenses o tienen problemas con procesadores internacionales. Llevá siempre algo de efectivo (al menos 100 dólares) por si acaso.

Respetá al personal. Los bartenders, servers y door hosts de rooftops en Nueva York trabajan duro en ambientes exigentes. Tratarlos con respeto y amabilidad no solo es lo correcto, sino que frecuentemente resulta en mejor servicio, mejores recomendaciones, y hasta te pueden conseguir mejor mesa. Una propina generosa por buen servicio (20-25% en lugar del estándar 18-20%) nunca está de más.

Manejá tus expectativas. Los rooftops son experiencias premium en una ciudad cara. Van a ser más costosos que ir a un bar normal, va a haber más gente de la que te gustaría, y no siempre vas a conseguir la mesa junto a la baranda con la mejor vista. Pero si vas con la actitud correcta, disfrutando de estar en uno de los lugares más increíbles del planeta, mirando una de las vistas urbanas más icónicas que existen, todo lo demás se vuelve secundario.

Preguntas frecuentes sobre rooftops en Nueva York

¿Cuál es el mejor rooftop para ver el atardecer en Nueva York? Westlight en Brooklyn y 230 Fifth en Manhattan son las dos opciones más populares y con razón. Westlight te da todo el skyline de Manhattan como telón de fondo, mientras que 230 Fifth te pone frente al Empire State Building. Para una experiencia menos turística pero igualmente hermosa, probá Harriet’s Rooftop con vistas del puente de Brooklyn. Lo importante es llegar al menos 45 minutos antes del horario oficial del sunset para conseguir buen lugar.

¿Necesito reserva para ir a un rooftop en Nueva York? La mayoría de los rooftops populares no aceptan reservas para grupos pequeños (menos de 6 personas) y operan por orden de llegada. Algunos de los más exclusivos como Bar SixtyFive o The Crown sí permiten reservas, especialmente para grupos grandes o secciones VIP. Te recomiendo chequear la página web específica del lugar o llamar directamente para confirmar su política, porque esto cambia según la temporada y el día de la semana.

¿Cuánto cuesta realmente una noche en un rooftop de Nueva York? Calculá un mínimo de 50-70 dólares por persona para dos cócteles y quizás un snack, más propina del 18-20%. Los rooftops premium pueden fácilmente duplicar ese número. Algunos lugares cobran cover charge en fines de semana (20-50 dólares), y si pedís botellas de champagne o hacés una cena completa, podés llegar fácilmente a 150-200 dólares por persona. Para opciones más económicas, buscá happy hours o rooftops en Brooklyn que tienden a tener precios más moderados.


Ahí lo tenés: una guía completa por el universo de los mejores rooftops de Nueva York, desde los clásicos que no podés perderte hasta los secretos que pocos conocen. Estos espacios en las alturas son mucho más que simples bares; son ventanas privilegiadas a la esencia de una ciudad que nunca deja de sorprender, que se reinventa constantemente pero mantiene esa magia que la hace única en el mundo.

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