Málaga: las mejores playas y rincones que te van a enamorar


Cada lugar tiene una historia que contar


#volvésdistinto

Acompañanos y soñemos juntos: estás caminando por una playa con arena dorada, el sol mediterráneo te acaricia la piel, a tu izquierda tenés el azul infinito del mar y a tu derecha, montañas que parecen pintadas. Eso es Málaga, una provincia que logró algo que pocas ciudades consiguen: combinar 300 días de sol al año con cultura milenaria, gastronomía de primera y playas que nada tienen que envidiarle al Caribe. Si estás pensando en tu próximo viaje a España, dejanos decirte que Málaga no es solo una escala antes de ir a otros destinos, es EL destino.

La Costa del Sol malagueña recibe más de 13 millones de visitantes anuales, y no es casualidad. Esta provincia andaluza concentra más de 160 kilómetros de costa con playas para todos los gustos: desde calas escondidas donde solo escuchás el sonido de las olas, hasta playas urbanas con toda la infraestructura que necesitás. Pero Málaga es mucho más que arena y mar. Es Picasso naciendo en sus calles, es la Alcazaba vigilando la ciudad desde hace más de mil años, es perderte por pueblos blancos que parecen sacados de una postal.

En este artículo Travel Wise te contará todo lo que necesitás saber para aprovechar al máximo tu viaje a Málaga: cuáles son las mejores playas (esas que conocen los locales y no solo los turistas), qué lugares icónicos no podés perderte, y cómo organizar tu recorrido para exprimir cada día de tu aventura andaluza.

Las playas imprescindibles de la capital malagueña

Empecemos por donde todos quieren empezar: las playas de Málaga ciudad. Muchos creen que al ser una capital con casi 600,000 habitantes, las playas van a estar colapsadas o no van a tener encanto. Error. Las playas urbanas de Málaga son de las más cuidadas de España, y tienen algo que pocas ciudades grandes pueden presumir: están a menos de 15 minutos caminando del centro histórico.

La Malagueta es la reina de las playas urbanas malagueñas. Con 1,200 metros de longitud y arena oscura característica, esta playa tiene todo lo que necesitás para un día perfecto: duchas, chiringuitos (esos bares de playa típicos andaluces), alquiler de hamacas y sombrillas, y una paseo marítimo ideal para caminar al atardecer. Lo mejor es que podés darte un chapuzón por la mañana y en media hora estar recorriendo el Museo Picasso. La arena es más oscura que en otras playas porque contiene minerales volcánicos, pero el agua es cristalina y generalmente calma, perfecta si viajás con chicos.

Justo al lado tenés Playa de la Caleta, más pequeña y tranquila, ideal si buscás algo menos concurrido. Esta playa tiene apenas 300 metros pero está protegida por un espigón que la hace perfecta para nadar sin preocuparte por las olas. Los malagueños la eligen para ir temprano en la mañana, antes de que lleguen los turistas. Pro tip: si te gusta el buceo o snorkel, llevá tu equipo. Las rocas del espigón albergan una fauna marina interesante y el agua es especialmente transparente.

Pedregalejo y El Palo son dos playas contiguas que representan la esencia del barrio marinero de Málaga. Acá es donde vas si querés vivir la experiencia local auténtica. Estos antiguos barrios de pescadores mantienen ese aire bohemio y tranquilo que te hace sentir que estás en un pueblo costero, no en una capital. Las playas son de grava y arena oscura, con aguas tranquilas perfectas para nadar. Pero la verdadera maravilla está detrás: docenas de chiringuitos donde probás el mejor pescaíto frito de la provincia. El ritual malagueño es este: playa por la tarde, cerveza bien fría al atardecer, y sardinas espetadas (asadas en caña sobre brasas en la arena) mientras cae el sol. No hay nada más auténtico.

Algo que te va a sorprender de las playas de Málaga capital es lo accesibles que son. El transporte público funciona perfecto: podés tomar el autobús número 11 o 34 desde el centro y en 15 minutos estás en cualquiera de estas playas. También hay carril bici que recorre toda la costa, así es que si te gusta pedalear, alquilar una bici es una opción genial para explorar todas las playas en un día.

Playas paradisíacas en la Costa del Sol occidental

Ahora sí, vamos a las playas que hacen que Málaga sea sinónimo de vacaciones perfectas. La Costa del Sol occidental (la zona que va desde Málaga capital hacia el oeste, rumbo a Gibraltar) concentra algunas de las mejores playas de toda España, y cada una tiene su propia personalidad.

Torremolinos está a solo 15 kilómetros de la capital y tiene playas kilométricas con toda la infraestructura turística que puedas imaginar. Playa de la Carihuela es la más famosa, con más de 2 kilómetros de arena fina y dorada, y un paseo marítimo lleno de restaurantes donde podés probar desde paella hasta sushi con vistas al mar. Lo que hace especial a Torremolinos es su ambiente inclusivo y festivo: acá hay lugar para familias, grupos de amigos, parejas, viajeros solos. La playa tiene zonas con beach clubs modernos y zonas más tranquilas, así que vos elegís tu estilo.

Benalmádena es el destino ideal si viajás con familia. Playa de Malapesquera y Santa Ana son dos playas amplias, con arena oscura finita y aguas poco profundas perfectas para que los más chicos jueguen tranquilos. El puerto deportivo Puerto Marina está a pocos metros y es uno de los más bonitos del Mediterráneo: podés pasear entre yates de lujo, tomar algo en una terraza, o subirte al teleférico que te lleva a la cima del Monte Calamorro para tener vistas panorámicas de toda la costa. En verano, las puestas de sol desde el puerto son un espectáculo.

Fuengirola combina playas urbanas extensas con un ambiente relajado que la hace perfecta para estancias largas. Playa de los Boliches tiene casi 5 kilómetros de arena dorada ininterrumpida, con palmeras, chiringuitos cada 200 metros y duchas de agua caliente (un lujo que se agradece). Lo que muchos no saben es que Fuengirola tiene un microclima que la hace particularmente cálida incluso en invierno. Si te gusta correr o caminar, el paseo marítimo de Fuengirola es uno de los mejores de la costa para hacer ejercicio frente al mar.

Marbella merece párrafo aparte. Esta ciudad combina glamour, historia y playas de ensueño. Playa de Fontanilla está en pleno centro de Marbella y tiene todo el encanto del casco antiguo a pocos metros: después de la playa podés perderte por las calles empedradas llenas de naranjos y jazmines. Si buscás algo más exclusivo, Nikki Beach y las playas de Puerto Banús ofrecen esa experiencia premium con beach clubs, camas balinesas y DJs. Pero nuestra recomendación personal es Playa Real de Zaragoza: menos conocida, con arena finísima, aguas turquesas y el mejor atardecer de toda Marbella. Está al lado del faro y tiene esa vibra tranquila que buscás cuando querés desconectar de verdad.

Calas escondidas y playas vírgenes que parecen un secreto

Acá viene lo bueno: las playas de Málaga que no aparecen en las guías turísticas masivas. Esas calas donde sentís que descubriste un tesoro. Para llegar a algunas vas a necesitar caminar un poco o tener auto, pero te aseguramos que vale cada paso.

Cala del Moral, entre Rincón de la Victoria y El Cándado, es una pequeña cala urbana que mantiene ese encanto de pueblo pesquero. El agua es increíblemente transparente y está protegida del viento, lo que la hace ideal para hacer snorkel. Los fines de semana los locales vienen con sus familias, arman sus picnics con comida casera y pasan el día entero. Si querés vivir la experiencia malagueña auténtica, esta es tu playa.

Playa de Maro, técnicamente en Nerja pero a solo 50 kilómetros de Málaga capital, es una de esas playas que te quitan el aliento. Imaginate una cala de arena y grava rodeada de acantilados verdes, con aguas cristalinas que parecen una piscina natural. Está dentro del Parque Natural de los Acantilados de Maro-Cerro Gordo, así que la naturaleza está prácticamente intacta. El acceso es por una carretera estrecha y sinuosa (llevá paciencia), pero cuando llegás entendés por qué está considerada una de las mejores playas de España. Dato util: llevá zapatillas acuáticas porque hay zonas con rocas, y no te olvides el equipo de snorkel, la riqueza submarina es impresionante.

Cala del Pino, cerca de Marbella, es para aventureros. No tiene chiringuito ni alquiler de hamacas, y eso es justamente su encanto. Llegás por un sendero entre pinos que huele a resina y mediterráneo, y de repente aparece esta cala pequeñita, casi privada, con rocas perfectas para saltar al agua. Es el spot favorito de los locales que practican paddleboard y kayak. Llevá tu propia comida, mucha agua y protección solar porque no hay sombra natural.

La Costa del Sol oriental (hacia el este de Málaga capital) también esconde joyas. Playa del Peñón del Cuervo en Málaga capital es una mini cala encajada entre rocas, casi escondida, donde el agua tiene ese color turquesa intenso que no esperás encontrar en una playa urbana. Es pequeña, así que llegá temprano, especialmente los fines de semana.

Los pueblos costeros que te roban el corazón

Málaga no es solo playas. Los pueblos de la costa tienen un encanto que combina arquitectura blanca, historia y esa hospitalidad andaluza que te hace sentir como en casa desde el minuto uno.

Nerja es probablemente el pueblo costero más bonito de toda la provincia. Su Balcón de Europa, un mirador sobre el Mediterráneo, ofrece vistas que literalmente te cortan la respiración. Este pueblo tiene playas urbanas como Playa Calahonda en pleno centro, pero también calas más escondidas como Playa Carabeo o Cala Barranco de Maro. Caminar por las calles blancas de Nerja al atardecer, con el olor a jazmines y el sonido de las guitarras flamencas saliendo de los bares, es una experiencia que no se explica, se vive. No te vayas sin visitar las Cuevas de Nerja, unas grutas prehistóricas impresionantes que están a las afueras del pueblo.

Mijas Pueblo está en las montañas, a solo 8 kilómetros de la costa, y ofrece esas postales típicas de pueblo blanco andaluz: casitas encaladas con macetas de geranios, calles estrechas empedradas, burro-taxis (sí, taxis tirados por burros, una tradición local) y vistas panorámicas de la costa que te hacen sacar 500 fotos. Mijas tiene ese ritmo pausado, casi hipnótico, que te invita a sentarte en una terraza, pedir un tinto de verano bien frío y simplemente observar la vida pasar. Los martes hay mercadillo tradicional donde podés comprar desde artesanías hasta productos locales.

Estepona está convirtiéndose rápidamente en uno de los destinos preferidos de quienes buscan autenticidad sin renunciar a comodidades. Este pueblo tiene un casco antiguo precioso lleno de plazas con naranjos, y un proyecto artístico único: las rutas murales, más de 50 murales gigantes pintados en las fachadas por artistas de todo el mundo. Las playas de Estepona son amplias, tranquilas, con ese ambiente familiar que buscás cuando no querés el bullicio de Marbella pero querés estar en la Costa del Sol. El Paseo Marítimo tiene más de 20 kilómetros y es perfecto para caminar o andar en bici contemplando el mar.

Málaga capital: mucho más que playas

Ahora te preguntarás: ¿y qué hago cuando no estoy en la playa? Málaga ciudad tiene una riqueza cultural que te sorprende. No es casualidad que la llamen «la capital cultural de la Costa del Sol».

La Alcazaba es una fortaleza palaciega árabe del siglo XI que se alza en el centro de la ciudad. Subir por sus jardines y patios es como viajar en el tiempo: fuentes con agua corriente, arcos de herradura, vistas de la ciudad desde lo alto. Justo arriba está el Castillo de Gibralfaro, con las mejores vistas panorámicas de Málaga: el puerto, la plaza de toros, la catedral, y el Mediterráneo de fondo. Andá al atardecer, cuando el sol empieza a caer y la ciudad se tiñe de naranja.

El Museo Picasso es visita obligada. Pablo Picasso nació en Málaga, y el museo alberga más de 200 obras del genio del cubismo, desde sus primeros dibujos hasta obras de su etapa final. Está en el Palacio de Buenavista, un edificio renacentista precioso en pleno corazón del casco histórico. Si te interesa Picasso, también podés visitar su Casa Natal en la Plaza de la Merced, convertida en museo-fundación.

La Catedral de Málaga, conocida cariñosamente como «La Manquita» porque le falta una torre (nunca se terminó por falta de presupuesto), es una joya del Renacimiento español. Su interior es impresionante: techos altísimos, un coro de madera tallada que es una obra de arte en sí mismo, y capillas laterales llenas de historia. Podés subir a las cubiertas para tener otra perspectiva de la ciudad.

Pero para nosotros, lo mejor de Málaga es perderte por sus calles sin rumbo fijo. El barrio de Soho se transformó en la zona artística y bohemia de la ciudad, con murales de artistas urbanos internacionales en cada esquina. La Calle Larios, la arteria comercial principal, es elegante y llena de tiendas. El Mercado de Atarazanas, un mercado tradicional en un edificio con portada árabe del siglo XIV, es perfecto para comprar productos locales y comer en sus puestos de tapas.

Recapitulando esta primera parte del viaje: te contamos sobre las mejores playas de Málaga capital (La Malagueta, Pedregalejo, El Palo), las playas paradisíacas de la Costa del Sol occidental (Torremolinos, Benalmádena, Fuengirola, Marbella), esas calas escondidas que son puro secreto local, los pueblos costeros con encanto (Nerja, Mijas, Estepona), y por qué Málaga ciudad merece varios días de tu itinerario más allá de sus playas.

En la segunda parte, vamos a profundizar en aspectos prácticos que te van a facilitar el viaje: cuál es la mejor época para visitar Málaga, cómo moverte por la provincia, dónde comer las mejores tapas sin caer en trampas turísticas, rutas recomendadas según los días que tengas, consejos de presupuesto, y esos datos insider que solo te pueden brindar los que conocemos el destino.

Cuándo viajar a Málaga: el timing perfecto para tu escapada

Una de las grandes ventajas de Málaga es que no existe una «mala época» para visitarla, pero sí hay momentos estratégicos según qué tipo de experiencia busques. La provincia presume de tener uno de los mejores climas de Europa: más de 300 días de sol al año y temperaturas suaves incluso en pleno invierno.

De junio a septiembre es temporada alta en toda la Costa del Sol. El clima es perfecto para la playa: temperaturas entre 28 y 35 grados, agua del mar entre 22 y 25 grados (ideal para pasar horas nadando), y días larguísimos con luz hasta las 21:30. Julio y agosto son los meses más calurosos y concurridos. Las playas populares como La Malagueta o las de Torremolinos están llenas, los precios de alojamiento se duplican o triplican, y necesitás reservar restaurantes con anticipación. Pero si tu prioridad es la playa y no te molestan las multitudes, este es tu momento. Dato util: evitá la primera quincena de agosto si podés, es cuando coinciden las vacaciones españolas, francesas y alemanas.

Mayo, septiembre y octubre son, en nuestra opinión, los meses perfectos para visitar Málaga. Las temperaturas rondan los 25-28 grados, el agua todavía está cálida (22-24 grados en septiembre), hay mucha menos gente, y los precios bajan considerablemente. En agosto tenés la interesante Feria de Málaga, pero si venís en mayo evitás las aglomeraciones. Septiembre es particularmente mágico: el mar alcanzó su temperatura máxima después de todo el verano, las playas están tranquilas, y tenés ese sol otoñal perfecto que no quema pero broncea.

De noviembre a abril es temporada baja, pero acá viene el secreto que pocos conocen: Málaga en invierno es espectacular si no te importa no meterte al mar. Las temperaturas diurnas rondan los 16-20 grados (más cálido que Barcelona o Valencia), llueve poco, y podés disfrutar de la ciudad y los pueblos sin turistas. Los jubilados europeos eligieron la Costa del Sol como destino de invierno por algo: acá podés estar tomando sol en una terraza en febrero mientras en media Europa nieva. Los precios de hoteles caen hasta un 60%, y tenés la ciudad para vos. Eso sí, el agua del mar está entre 14 y 17 grados, así que el baño es solo para valientes.

La Semana Santa es un caso especial. La Semana Santa malagueña es de las más impresionantes de España: procesiones cada día con tronos que pesan toneladas llevados por cientos de costaleros, saetas cantadas desde los balcones, incienso perfumando las calles. Es un espectáculo cultural único. Pero también significa que la ciudad está repleta de turistas, los precios suben, y necesitás reservar todo con meses de anticipación.

Guía práctica para recorrer Málaga como un local

La provincia de Málaga tiene una red de transporte sorprendentemente eficiente, pero conocer los trucos te ahorra tiempo y plata. Acá va tu guía práctica de movilidad.

Para moverte por Málaga ciudad, olvidate del auto. El centro histórico es peatonal, las calles son estrechas, y el estacionamiento es un dolor de cabeza y carísimo. La ciudad se recorre perfectamente a pie: de la Alcazaba a la Catedral hay 10 minutos caminando, del centro a La Malagueta otros 15 minutos. Si querés ir a playas más alejadas como Pedregalejo o El Palo, los buses urbanos de la EMT funcionan excelente: el billete sencillo cuesta 1.40 euros, pero conviene sacar la tarjeta de transporte recargable que baja el precio a 0.83 euros por viaje. Las líneas 11, 33 y 34 cubren toda la costa este de la ciudad.

Para explorar la Costa del Sol, el tren de Cercanías es tu mejor aliado. La línea C-1 va desde el aeropuerto hasta Fuengirola, parando en Torremolinos, Benalmádena y otras localidades. Sale cada 20 minutos, es económico (Málaga-Fuengirola cuesta unos 2.70 euros), y te deja cerca de las playas. Funcionan desde las 5:30 hasta pasada la medianoche.

Para llegar a pueblos como Nerja, Mijas o Estepona, el sistema de autobuses interurbanos es eficiente y económico. La compañía ALSA conecta prácticamente toda la provincia. Un bus de Málaga a Nerja (unos 50 km) cuesta alrededor de 5 euros y tarda una hora. Reservá online con anticipación en temporada alta porque se llenan. La estación principal de buses está en el Paseo de los Tilos, muy cerca del centro.

Si vas a estar varios días y querés flexibilidad para explorar calas escondidas y pueblos del interior, alquilar auto tiene es conveniente, en Travel Wise te asesoramos para agregar este servicio. La autopista AP-7 recorre toda la costa (es de peaje, calculá unos 10-15 euros para recorridos largos), pero la A-7 es gratuita y también está en buen estado, solo que más lenta. Eso sí: evitá conducir y buscar estacionamiento en Marbella centro en verano, es una tortura. Usá los parkings públicos en las afueras.

Dónde comer como un malagueño

La gastronomía es uno de los grandes placeres de Málaga, pero hay que saber dónde ir.

El pescaíto frito es el plato estrella de Málaga. Boquerones, cazón, calamares, pescadilla, todo rebozado en harina de garbanzos y frito en aceite de oliva hirviendo. Se come en cucurucho de papel, de pie en la barra o sentado en una terraza frente al mar. Los mejores sitios están en los barrios marineros: en Pedregalejo probá El Tintero (funciona con un sistema único: los camareros salen de la cocina con bandejas anunciando a los gritos los platos, y vos levantás la mano si querés ese plato, súper divertido y auténtico). En El Palo, El Cabra es un clásico donde los domingos las familias malagueñas hacen cola.

Las espetos de sardinas son otra institución malagueña. Sardinas ensartadas en una caña de bambú y asadas sobre brasas en la misma arena de la playa. El ritual es comerlas con las manos, con pan, cerveza fría, y los pies en la arena. Miguel, Casa Pedro, El Cachalote en Pedregalejo… todos hacen espetos espectaculares. El truco es ir al atardecer, cuando el calor afloja y el ambiente es perfecto.

Para tapear como Dios manda, alejate de Calle Larios y la zona súper turística. El barrio de El Palo tiene bares de tapas auténticos donde por cada consumición te ponen una tapa gratis (sí, gratis, esa bendita costumbre andaluza). La Taberna de Lola en El Palo es un tesoro: tapas caseras deliciosas, ambiente local, precios de risa. En el centro, La Tranca (Calle Carretería) es minúscula, siempre llena de locales, y sirve las mejores croquetas de la ciudad. El Pimpi es el restaurante más icónico de Málaga: está en una casa-bodega del siglo XVIII, las paredes llenas de fotos de famosos que pasaron por ahí, tienen vino dulce de Málaga espectacular y comida tradicional bien hecha. Es turístico, sí, pero mantiene calidad.

El Mercado de Atarazanas es imprescindible si querés vivir la experiencia gastronómica completa. Vas por la mañana, recorrés los puestos de pescado fresco, frutas, embutidos, aceitunas, quesos… y después te sentás en alguno de los bares del mercado a comer. Los desayunos malagueños son un ritual: pitufo (mini bocadillo) de lomo con pringá, o molletes con aceite de oliva y tomate, acompañado de café con leche. El Mercadito de la Merced también funciona perfecto para desayunos y comidas informales.

No te vayas de Málaga sin probar el ajoblanco, una sopa fría de almendras, ajo, aceite de oliva y pan, servida con uvas. Es la versión malagueña del gazpacho, más suave y delicada. Y de postre, los borrachuelos (empanadillas fritas rellenas de crema, típicas de Semana Santa pero que se consiguen todo el año) o simplemente un helado artesanal de Casa Mira en calle Larios, abierta desde 1890.

Rutas recomendadas según tus días disponibles

Si tenés 3-4 días: Concentrate en Málaga capital y alrededores cercanos. Día 1: Málaga ciudad (Alcazaba, Museo Picasso, centro histórico, cena en El Pimpi). Día 2: Playa de La Malagueta por la mañana, tarde en Pedregalejo con espetos al atardecer. Día 3: Excursión a Nerja (Balcón de Europa, Cuevas de Nerja, playa de Burriana). Día 4: Si tenés un cuarto día, Mijas Pueblo por la mañana y tarde en las playas de Fuengirola o Benalmádena.

Si viajás con niños: Benalmádena es tu base ideal. Tiene el Parque de la Paloma (gratuito, con animales en semilibertad), el Teleférico, Sea Life (acuario), el Castillo de Colomares, y playas tranquilas. Málaga ciudad también es súper family-friendly: el Centre Pompidou tiene actividades para chicos, el Jardín Botánico es ideal para pasear, y las playas urbanas tienen parques infantiles y zonas de juego.

Si buscás lujo y exclusividad: Base en Marbella, específicamente Puerto Banús o Marbella Club. Días alternando entre beach clubs (Nikki Beach, Ocean Club), golf (hay campos espectaculares en la zona), compras en Puerto Banús, y cenas en restaurantes con estrella Michelin (Málaga tiene varios: Skina en Marbella, José Carlos García en Málaga capital).

Consejos prácticos de Travel Wise:

Reservaciones: En temporada alta (julio-agosto), reservá alojamiento con al menos 5-6 meses de anticipación. Los hoteles en primera línea de playa se agotan rápido. Para restaurantes populares, reservá con días de antelación, especialmente los fines de semana.

Protección solar: El sol andaluz no perdona. Protector, gorros, anteojos de sol. Incluso en días nublados te podés quemar. La farmacia más cercana siempre tiene after-sun para las quemaduras inevitables.

Hidratación: Llevá siempre una botella de agua, especialmente si vas a hacer caminatas o visitas a pueblos. Los veranos son muy secos y te deshidratás rápido. Las fuentes públicas en Málaga tienen agua potable.

Horarios españoles: Todo funciona distinto. Las comidas son tarde: el almuerzo entre 14:00 y 16:00, la cena raramente antes de las 21:00. Muchas tiendas cierran a la siesta (14:00-17:00). Los supermercados tipo Mercadona o Carrefour mantienen horarios más amplios.

Dinero: Aunque España es cada vez más digital, muchos chiringuitos de playa, mercados y bares tradicionales solo aceptan efectivo. Llevá siempre algo de cash encima. Los cajeros abundan, pero algunos cobran comisión a tarjetas extranjeras.

Seguridad: Málaga es generalmente muy segura, pero como cualquier zona turística, hay carteristas. Cuidá tus pertenencias en playas concurridas, transporte público y zonas muy turísticas. No dejes cosas de valor visibles en el auto.

Enchufes: España usa enchufes tipo C y F (europeos estándar), 220V. Si viajás de Argentina, tus enchufes funcionan sin adaptador.

Preguntas frecuentes sobre viajar a Málaga

¿Cuál es la mejor playa de Málaga para ir con niños pequeños? Playa de Santa Ana en Benalmádena es ideal: aguas poco profundas y calmadas, arena limpia, servicios completos (baños, duchas, chiringuitos), socorristas, y está al lado del Parque de la Paloma donde los chicos pueden jugar después de la playa.

¿Necesito alquilar auto para conocer Málaga o me muevo en transporte público? Depende de tu plan. Si te quedás en Málaga ciudad y visitás solo destinos principales de la Costa del Sol (Torremolinos, Fuengirola, Marbella), el transporte público funciona perfecto. Si querés explorar calas escondidas, pueblos blancos del interior, o tener libertad para moverte sin horarios, el auto suma mucha flexibilidad.

¿Qué tan caluroso es el verano en Málaga, se puede aguantar? Julio y agosto son muy calurosos (30-35°C), pero la brisa del mar en la costa lo hace llevadero. Los malagueños tienen el ritmo perfecto: playa por la mañana temprano, siesta en el hotel en las horas de máximo calor (14:00-17:00), y luego actividades al atardecer. Mantenete hidratado, usá protección solar, y seguí los horarios locales.


Málaga te está esperando

Hay algo especial en Málaga que es difícil de explicar hasta que lo vivís. Puede ser esa luz mediterránea que hace que todo se vea más brillante, puede ser el ritmo pausado donde nadie parece apurado, puede ser la mezcla perfecta entre historia milenaria y modernidad cosmopolita. O quizás es simplemente esa sensación de estar en un lugar donde la vida se disfruta: una tarde en la playa, un plato de sardinas asadas, una conversación al atardecer con una cerveza bien fría.

Málaga no es solo un destino de sol y playa, aunque sus más de 160 kilómetros de costa lo justificarían. Es Picasso naciendo entre estas calles. Es la Alcazaba resistiendo más de mil años de historia. Es el pescador de Pedregalejo asando espetos como lo hacía su abuelo. Es ese chiringuito donde te tratan como si fueras de la familia. Es descubrir una cala escondida y sentir que encontraste tu propio paraíso privado.

Ya sea que vengas buscando playas paradisíacas, cultura e historia, gastronomía auténtica, o simplemente desconectar del mundo y sentir el sol en la piel, Málaga tiene todo eso y más. No es casualidad que quienes la visitan por primera vez ya están planeando volver antes de irse.

Empezá a planear tu viaje. En Travel Wise te ayudamos a armar tu itinerario perfecto por Málaga con playas, cultura y gastronomía a tu medida. Te invitamos a planificar con nosotros y #VolvésDistinto.

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