Quiero conocer más sobre este destino¿Alguna vez soñaste con caminar por calles empedradas que parecen sacadas de un cuento medieval, mientras el aroma de un pan recién horneado te tienta desde una esquina? Imaginate un lugar donde los castillos susurran historias de reyes, las plazas vibran con música y cada rincón te hace sentir que viajaste en el tiempo. Ese lugar existe, y se llama Cracovia en Polonia. Para los argentinos que buscan un destino europeo que combine historia, cultura y una vibra única, Cracovia es una joya que no podés dejar pasar. ¿Por qué? Porque esta ciudad, que fue capital del país durante siglos, te envuelve con su magia sin necesidad de gastar una fortuna.
En este artículo, Travel Wise te llevará de la mano por Cracovia, una ciudad que respira historia en cada adoquín, desde el imponente Castillo de Wawel hasta las callejuelas bohemias de Kazimierz. Vamos a contarte por qué esta ciudad es mucho más que un destino turístico: es una experiencia que te conecta con el pasado, la cultura y hasta con vos mismo. Prepárate para descubrir la historia de Cracovia, sus atracciones imperdibles y la cultura polaca que te hará querer quedarte más tiempo. ¿Listo para el viaje?
Si hay algo que hace de Cracovia, Polonia, un destino único, es su historia, tan rica que parece un libro abierto. ¿Te imaginás una ciudad que fue el corazón político y cultural de un país durante siglos? Cracovia fue la capital de Polonia hasta 1596, y cada esquina lo demuestra. Desde su fundación en el siglo VII, esta ciudad creció alrededor del río Vístula, convirtiéndose en un centro de comercio, arte y poder. Pero no todo fue cuento de hadas: Cracovia vivió momentos oscuros, como la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial, y aún así salió adelante, preservando su legado con orgullo.
Uno de los capítulos más fascinantes de la historia de Cracovia es su pasado medieval. En el siglo XIII, la ciudad ya era un hervidero de comerciantes, artesanos y reyes que dejaron su huella en lugares como el Castillo de Wawel, la residencia real que sigue siendo el alma de la ciudad. ¿Sabías que aquí coronaban a los reyes polacos? Y no solo eso: Cracovia fue hogar de figuras como Nicolás Copérnico, el astrónomo que revolucionó nuestra forma de ver el universo. Caminar por sus calles es como charlar con el pasado, pero sin aburrirte con fechas y datos secos.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Cracovia fue testigo de tragedias, especialmente en el barrio judío de Kazimierz y el gueto establecido por los nazis. Sin embargo, la ciudad resistió, y hoy sus sitios históricos, como la Fábrica de Schindler, son un recordatorio de su resiliencia. Con Travel Wise, podés visitar estos lugares con guías que te cuentan las historias con respeto y profundidad, haciendo que el pasado se sienta más cerca que nunca.
¿Por qué te contamos esto? Porque entender la historia de Cracovia es clave para conectar con sus calles. Cada edificio, cada plaza, tiene una historia que te atrapa, y los argentinos, que sabemos de resiliencia y pasión, nos sentimos como en casa al descubrirla. Así que, cuando planees tu viaje, anotá: Cracovia no es solo un destino, es un viaje al corazón de Europa.
Ahora que conocés un poco de su pasado, llegó el momento de explorar las atracciones en Cracovia que hacen de esta ciudad un imán para viajeros. Desde castillos que parecen sacados de una película hasta plazas que nunca duermen, Cracovia, Polonia, tiene algo para todos: familias, parejas, o esos aventureros que quieren perderse en una ciudad con alma. Acá van los imprescindibles que no podés dejar de visitar.
Si hay un lugar que grita “Cracovia”, ese es el Castillo de Wawel. Imaginate un castillo en lo alto de una colina, con torres que tocan el cielo y un dragón (sí, leíste bien) que custodia su leyenda. Este castillo, que data del siglo XIV, fue el hogar de los reyes polacos y hoy es un museo que te deja con la boca abierta. Podés recorrer sus salones renacentistas, admirar tapices que parecen obras de arte, y visitar la Catedral de Wawel, donde descansan héroes nacionales como Tadeusz Kościuszko.
Dato práctico: La entrada al castillo cuesta unos 30 PLN (~9000 pesos argentinos, según el cambio de mayo 2025). Hay tours guiados en inglés que podés reservar con Travel Wise para no perderte ni un detalle. ¿Horarios? Abren de 9:30 a 17:00, pero chequeá en temporada alta porque los cupos vuelan.
Si el Castillo de Wawel es el alma, la Plaza del Mercado (Rynek Główny) es el corazón de Cracovia. Es una de las plazas medievales más grandes de Europa, y cuando la pisás, sentís que estás en el centro del universo. Rodeada de edificios coloridos, cafés y artistas callejeros, esta plaza nunca está quieta. En el medio, la Lonja de los Paños (Sukiennice) es un mercado cubierto donde podés comprar desde ámbar hasta souvenirs hechos a mano. ¿Te gusta la arquitectura? No te pierdas la Basílica de Santa María, con sus torres desiguales y un interior que parece un arcoíris gótico.
Tip viajero de Travel Wise: Subí a la torre de la basílica (unos 15 PLN, ~4500 pesos argentinos) para vistas panorámicas que valen cada escalón. Y si querés un café con historia, sentate en uno de los bares de la plaza y pedí un “pierogi” para probar algo bien polaco.
El barrio de Kazimierz es como un mate compartido con amigos: cálido, auténtico y lleno de historias. Antiguamente el corazón de la comunidad judía, hoy es un mix de sinagogas históricas, bares bohemios y murales que te sacan una sonrisa. Acá podés visitar la Sinagoga Vieja, que ahora es un museo, o pasear por la calle Szeroka, donde se filmaron escenas de La lista de Schindler. ¿Buscás algo más moderno? Kazimierz está lleno de food trucks y cervecerías artesanales que son perfectas para una noche relajada.
Consejo de Travel Wise: Unite a un tour a pie por Kazimierz. Por unos 100 PLN (~30000 pesos argentinos), te llevan por los rincones más emblemáticos y te cuentan historias que no vas a encontrar en ninguna guía.
A solo 15 km de Cracovia, las Minas de Sal de Wieliczka son una maravilla que tenés que ver para creer. Imaginate un laberinto subterráneo con capillas talladas en sal, lagos cristalinos y esculturas que parecen de cristal. Este sitio, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, lleva 700 años en funcionamiento. La entrada cuesta unos 100 PLN (~5000 pesos argentinos), y el tour dura unas 2 horas. ¿Lo mejor? Hay un micro desde el centro de Cracovia que te lleva por menos de 300 pesos argentinos.
Dato curioso: En la capilla de Santa Kinga, a 100 metros bajo tierra, ¡hasta podés escuchar un concierto! Es una experiencia que te hace sentir en otro planeta.
Estas atracciones son solo el comienzo. Cracovia tiene tanto para ofrecer que podrías pasar semanas explorándola. Con Travel Wise, podés armar un itinerario que combine estos sitios con otros menos conocidos, para que tu viaje sea tan único como vos.
Viajar a Cracovia, Polonia, no es solo ver edificios bonitos; es sumergirte en una cultura que te abraza como un amigo de toda la vida. Los polacos son conocidos por su calidez, y en Cracovia eso se siente en cada festival, cada plato y cada conversación. ¿Querés saber cómo vive esta ciudad su identidad? Acá te contamos.
Cracovia es un imán para los amantes de los festivales en Cracovia. Si viajás en verano, no te pierdas el Festival de la Cultura Judía en Kazimierz, donde la música klezmer y los puestos de comida llenan las calles de vida. ¿Sos más de música clásica? El Festival de Música en la Antigua Cracovia combina conciertos en iglesias góticas con una vibra que te transporta siglos atrás. Y si vas en diciembre, el mercado navideño en la Plaza del Mercado es como entrar en un globo de nieve: luces, artesanías y un chocolate caliente que te calienta el alma.
Tip para argentinos de Travel Wise: Los festivales son gratis o tienen entradas muy accesibles (desde 50 PLN, ~15000 pesos argentinos). Chequeá las fechas en la web de Travel Wise para planificar tu viaje.
La cultura polaca en Cracovia está en los detalles: en las babushkas (abuelitas) que venden flores en la plaza, en los carros tirados por caballos, o en las campanas de la Basílica de Santa María que suenan cada hora. Una tradición que te va a encantar es el “pierogi fest”, donde los locales compiten por hacer los mejores dumplings rellenos. ¿Te animás a probar uno de queso o carne? También está la leyenda del dragón de Wawel, que los chicos adoran, y que se celebra con un desfile de dragones en junio.
Cracovia es una ciudad de poetas y artistas. Fue aquí donde Wisława Szymborska, premio Nobel de Literatura, encontró inspiración. Visitá la Librería Jagiellonian, una de las más antiguas de la ciudad, y sentite parte de esa historia. Los argentinos, que amamos la literatura, vamos a encontrar en Cracovia un refugio para el alma. Y si te gusta el arte, el Museo Czartoryski, con obras como La dama del armiño de Leonardo da Vinci, es un imperdible.
Dato práctico: La entrada al museo cuesta unos 60 PLN (~18000 pesos argentinos), pero los martes suele ser gratis.
La cultura polaca en Cracovia es como un mate bien cebado: te reconforta, te conecta y te deja con ganas de más. Con Travel Wise, podés sumarte a experiencias culturales auténticas, como talleres de artesanías o noches de música en vivo, que hacen que tu viaje sea inolvidable.
Si pensás que Cracovia, Polonia, ya te conquistó con su historia y sus calles empedradas, esperá a probar su comida. La gastronomía polaca es como un abrazo calentito en un día de frío: simple, abundante y lleno de sabor. Para los argentinos, que sabemos disfrutar de un buen asado o una milanesa, los platos de Cracovia son una sorpresa que te va a fascinar ¿Listo para un recorrido por los sabores de esta ciudad?
Empecemos por el rey de la gastronomía polaca: los pierogi. Estos dumplings rellenos son como empanadas, pero con un toque único. Los hay de carne, queso, papa, hongos o hasta frutas dulces, como arándanos. En Cracovia, podés probarlos en casi cualquier restaurante, pero te recomendamos U Babci Maliny (calle Sławkowska 17), donde los sirven recién hechos por unos 25 PLN (~7500 pesos argentinos) el plato. ¿Un tip? Pedí los pierogi ruskie (rellenos de queso y papa) con un poco de crema agria. Es como comerte un pedacito de Polonia.
Si querés algo bien contundente, probá el bigos, un guiso de chucrut, carne y embutidos que es puro confort food. Es perfecto para los argentinos que amamos los platos fuertes. Otro imperdible es el żurek, una sopa de centeno fermentado servida en un pan hueco. Suena raro, pero cuando lo probás, entendés por qué los polacos lo adoran. En Restauracja Starka (Kazimierz), un tazón de żurek cuesta unos 20 PLN (~6000 pesos argentinos) y viene con un ambiente que te hace sentir en casa.
No te vayas sin probar los obwarzanek, unos bagels crujientes que venden en carritos por la Plaza del Mercado. Por solo 3 PLN (~900 pesos argentinos), son el snack perfecto para seguir explorando. Y si sos dulcero, buscá un piernik (pan de jengibre especiado) en los mercados locales.
Cracovia tiene opciones para todos los bolsillos. Si buscás algo económico, los bary mleczne (comedores populares) son una joya. En Bar Mleczny Pod Temidą, podés almorzar un plato de pierogi y sopa por menos de 20 PLN (6000 pesos argentinos). ¿Querés algo más sofisticado? Restauracja Wierzynek, en la Plaza del Mercado, es famoso por servir a reyes desde el siglo XIV. Una cena ahí ronda los 100 PLN (30000 pesos argentinos), pero la experiencia vale cada peso.
Tip viajero de Travel Wise: Si viajás con Travel Wise, preguntá por sus paquetes con experiencias gastronómicas. Te pueden armar un tour de comida por Kazimierz que incluye catas de vodka polaco. ¡Una noche para no olvidar!
1. ¿Es Cracovia un destino caro para argentinos?
No, Cracovia es muy accesible. Podés viajar con un presupuesto diario de 35.000-65.000 pesos argentinos (sin vuelos), incluyendo comida, alojamiento y atracciones.
2. ¿Cuál es la mejor época para viajar a Cracovia?
Primavera (abril-mayo) y otoño (septiembre-octubre) ofrecen buen clima, menos turistas y precios más bajos. El verano y el invierno tienen su encanto por festivales y mercados navideños.
3. ¿Necesito saber polaco para viajar a Cracovia?
No, en Cracovia muchos hablan inglés, especialmente en zonas turísticas. Aprender frases básicas como “gracias” (dziękuję) suma puntos con los locales.