André Rieu no es sólo un prestigioso director de orquesta: es un mago del concierto. Sus espectáculos son un crucero excitante por el mar de los sonidos, en los que el público se siente animado a empujar las velas con aplausos y, por momentos, acompañando las melodías.
En Octubre de este año llega a la Argentina, y a 7 meses de sus show ya tiene programados 4 conciertos, 3 con entradas agotadas y uno nuevo que se está vendiendo velozmente para el 11 de Octubre. El año pasado tuvimos la dicha de verlo en Santiago junto a 220 personas que llevamos desde diferentes puntos del país, y quedamos sorprendidos por su show. Además de un combo que incluye música clásica ejecutada con mucha precisión y armonía por sus 60 músicos, el show mezcla humor, emociones, fiesta, trajes victorianos, pantallas, luces y por momentos (a la hora del vals) el recinto se convierte en una gran pista de baile improvisada por el impulso del publico que salta de sus asientos para ¨flotar¨ acompañando la melodía. Un especie de ritual dedicado a la alegría y la buena música.
Claramente no fuimos los únicos maravillados por semejante experiencia, porque mientras esperamos a nuestros pasajeros a la salida del show, no pudimos evitar conmovernos con la alegría y el éxtasis de la gente que se retiraba del estadio, llantos de emoción, risas, alegría y parejas abrazadas, daban cierre a otra demostración del milagro que la música todo lo puede.
Espía un poquito el show.