En el norte de España hay miles de secretos, hay un detalle infinito que se respira en la mágica Galicia y en los aires de la bahía de San Sebastián. En el norte de España hay mil caminos que te llevan entre las vastas memorias de Santiago de Compostela, hay un sendero que desanda la historia hasta llegar al primoroso Portugal.
En un pequeño rincón de la Península Ibérica, allí donde España no se parece a las bulliciosas calles de Madrid y el aroma de los mariscos parece inundarlo todo, se asoma al Mar Cantábrico la extraordinaria Galicia.
Las rías le dan su verdadera personalidad. Estos valles fluviales son una peculiaridad geográfica de la región: ofrecen un entorno paisajístico único, donde la pesca como principal actividad, se hace responsable de los magníficos sabores de la gastronomía local.
Por eso, entre pescados y mariscos frescos – y un buen vino para maridar-, estas tierras se disfrutan con todos los sentidos, mientras el resto del mundo mira con envidia los percebes, bogavantes, vieiras, zamburiñas, merluzas, besugos y el pulpo a feira, estrellas de la simple pero elegante cocina gallega.
Galicia es suelo español con herencia celta. Es la amalgama perfecta del mar y la tierra.
Nos vamos para La Coruña, donde asoma, emotiva y atrapante, la ciudad de Santiago de Compostela. Romántica, gótica y barroca, es una ciudad que hace años atrae a visitantes y peregrinos de todo el mundo por haber sido declarada Patrimonio de la Humanidad.
Hay algo curioso sobre Santiago de Compostela: se sabe grande y cosmopolita, pero no lo demuestra. Es como si quisiera hacernos sentir bienvenidos aún con sus imponentes iglesias y palacios, aun cuando el casco histórico nos deja sin aliento ante la soberbia de su Catedral y el Pórtico de la Gloria.
Pero aquí hay algo más que historia viva: se asoman tiendas, bares y restaurantes que entre el bullicio, dejan entrever la deliciosa arquitectura del lugar. El centro se viste de camelias, y a orillas del Río Sar, se divisa la Colexiata de Santa María y sus imposibles columnas inclinadas.
Santiago de Compostela se ha convertido en el epicentro de la cocina gallega. En el Mercado de Abasto se exhiben y preparan los típicos mariscos, pescados, frutos y carnes, pero con un toque de creatividad de autor.
No existe un adjetivo que describa los paisajes asturianos. Ninguna descripción parece hacerles justicia. Si dijéramos que Santillana alberga verdaderos tesoros del arte y la arquitectura, posiblemente nos quedaríamos cortos. Si habláramos sobre la majestuosidad de los lagos de Covadonga, también.
Mientras, Oviedo, capital del Principado de Asturias, descansa sobre las colinas al pie del monte Naranco y esconde infinita belleza entre sus pintorescas peatonales. Sus monumentos son Patrimonio de la Humanidad y allí se destaca la Catedral, una de las obras más importantes del gótico asturiano.
Asturias es un paraíso natural perfumado por los deliciosos pescados de la costa cantábrica y las exquisitas carnes que vienen de los valles. De allí nace el pantruque, el xuan, el sabadiego y la moscancia, embutidos típicos de esta región.
Elegido como el mejor destino turístico del mundo por dos años consecutivos, Portugal se abre a miles de turistas que llegan a sus tierras buscando algo más que la histórica Lisboa.
Si bien la capital es una parada obligada -donde nadie puede privarse de visitar la Torre de Belem, el Monasterio de los Jerónimos, el Monumento a los descubridores y el Museo de Carruajes-, desde allí seguiremos nuestro recorrido hacia el Monasterio de Batalha, obra de arte del estilo gótico y manuelino, considerado Patrimonio de la Humanidad.
Continuamos el recorrido por Nazaré, el pueblito de pescadores más pintoresco y colorido de Portugal. Allí, el viaje se complementa con una magnífica vista panorámica del pueblo y sus playas de olas exuberantes. Proseguiremos hasta Alcobaça, haciendo paso por una Iglesia del siglo XII, donde se atesoran las tumbas de Don Pedro e Inés de Castro.
Una vez en Portugal, imposible perderse las exquisiteces de la gastronomía portuguesa, con la sazón del piri piri, el pimentón y la canela. Con notas mediterráneas, marroquíes y bereberes, nada como una deliciosa feijoada à transmontana o un cozido à portuguesa para cerrar este viaje.
Recorrer el norte de España y Portugal es saborear con todos los sentidos. Es entregarse a los placeres de una tierra única que te transforman desde adentro. Es un viaje para el cuerpo y para el alma, es un viaje para volver distinto.
Disfrutá Galicia